Distracciones deslumbrantes • Vicencianos por doquier

por | Jul 30, 2017 | Formación, Reflexiones | 0 comentarios

Durante los pasados verano y otoño, tuvimos la suerte de recibir varias visitas del hermano de mi esposa y su novia. Venían por la ciudad a menudo en camino a otros destinos en todo el país donde podían visitar los parques nacionales, hacer escalada, pescar y disfrutar del aire libre.

Todos disfrutamos de su compañía, pero las niñas probablemente las que más. «Tío Nanno», como Dan ha sido llamado en el pasado, tiene un espíritu aventurero que las chicas adoran, y su novia es increíblemente paciente, cariñosa y juguetona con nuestras dos hijas de cuatro y dos años. Por no mencionar que ella tiene un perro simpático, Dude, que es gentil a pesar las caricias que, para él, sólo pueden ser algo incómodo e inusual.

Además, el tío Nanno tiene los juguetes más interesantes. Su caravana está trucada, y es la casa de camping sobre ruedas definitiva, incluyendo una cocina con agua corriente, una estufa de leña, paneles solares, estanterías y, por supuesto, una cama y espacio vital. El equipo de escalada y de camping que tiene es algo que las chicas raramente ven, y ambos están intrigados por todos sus diferentes usos y, por supuesto, quieren probarlos. Si se les diera la oportunidad, pasarían todas sus horas de vigilia en la caravana, y si alguna vez se lo ofreciesen, con mucho gusto dormirían allí también, aunque estarían demasiado aturdidas como para poder dormir. En resumen, cuando el tío Nanno viene a hacernos una visita, a los ojos de mis hijas, al menos, no existe nadie más.

De alguna manera, como su padre, es bueno tener un pequeño descanso, y dejar que las niñas jueguen con alguien a quien conocemos y en quien confiamos. Mientras que la disciplina es siempre un desafío, y aún más con una distracción tan emocionante, las reglas se relajan algo y se entiende que mamá y papá juegan en segundo plano, dadas las circunstancias y los visitantes especiales. Sin embargo, si la visita es lo suficientemente larga, puede eventualmente llegar al punto en que ser ignorado por mis hijas comienza a ser algo frustrante, e incluso un poco hiriente.

En muchos momentos de mi joven carrera como padre, he reflexionado sobre cómo ser un padre para mis hijos puedan, en una forma sencilla, reflexionar lo que significa que Dios sea mi Padre, y cómo tal vez algunos de los sentimientos que tengo como padre son similares a cómo Dios puede sentirse como el mío. En medio de una de nuestras visitas del tío Nanno, pude hacer esta conexión de nuevo, y comencé a preguntarme qué podría sentir Dios cuando nosotros, Sus hijos, nos distraemos de Él, incluso lo ignoramos, por otras cosas. Estas otras cosas podrían ser relativamente buenas, como una relación con una persona o el seguir apasionadamente una causa importante. O podrían ser cosas menos gratificantes, como un programa de televisión o simplemente la pereza. Podría ser el agotamiento de la rutina del trabajo, la familia y la vida. A pesar de todo, he notado en mi propia vida que mi tiempo con Dios a menudo se llena de distracciones, buenas y malas, y me encuentro a veces deseando estar con mi propio «tío Nanno» en lugar de mi Padre celestial. Y así como me siento frustrado y triste cuando percibo el deseo de mis hijas de pasar su tiempo con el tío Nanno en vez de conmigo, me pregunto si Dios siente lo mismo cuando yo escojo otras cosas por encima de Él.


Publicado por primera vez en el blog de los Voluntarios Vicencianos de Colorado.

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