El nuevo estudio (en ingés) de Ray Sickinger sobre la vida y la obra de Federico Ozanam ofrece algunas intuiciones sobre las lecciones del Cambio Sistémico que podemos aprender de Ozanam.

Es una historia que muchos de nosotros conocemos: la historia de un hombre justo, Federico, desafiado por un ateo que preguntó: «¿Qué está haciendo tu iglesia ahora? ¿Qué está haciendo por los pobres de París? ¡Mostradme vuestras obras y te creeremos!» Pero es mucho más.

La respuesta inicial a un desafío

En una reunión, durante un acalorado debate en el que Ozanam y sus amigos trataron de probar la verdad de que la Iglesia católica era la fundada por Cristo, por la evidencia histórica, sus adversarios declararon que, aunque en otros tiempos la Iglesia fue una fuente de bondades, ya no lo era. Una voz emitió el reto: «¿Qué está haciendo tu iglesia ahora? ¿Qué está haciendo por los pobres de París? ¡Muéstranos tus obras y te creeremos!»

Como consecuencia, en mayo de 1833, Federico y un grupo de jóvenes fueron a donde sor Rosalía Rendu. Ella era alguien que destacaba en el servicio a los pobres en los barrios pobres de París, realimente la «madre Teresa» de su tiempo.

Ella abrió los ojos de Federico y sus amigos a la situación vital de los que vivían en las periferias, conduciéndolos suavemente de sus torres de marfil a las vidas de los pobres.

Pero hay mucho más en esta historia.

Un líder de la Sociedad de San Vicente de Paúl estadounidense recoge la historia en su recién publicado libro, «Antoine Frédéric Ozanam», que contiene dos desafíos adicionales.La respuesta inicial de Federico lo llevó a obtener los hechos. Su respuesta posterior, una vez que experimentó los hechos, le llevó a su ir más allá de los hechos.

Recientemente me enviaron una copia del libro de Ray Sickenger, «Antoine Frédéric Ozanam«. Inmediatamente fui al capítulo que habla sobre Federico y el Cambio Sistémico.

Sus primeros párrafos en el capítulo presentan las semillas de una reflexión sobre la rapidez con que Federico comprendió el concepto de cambio sistémico mucho antes de que fuera popularizado por Peter Senge, a finales del siglo XX.

El primer párrafo de Sickinger recoge la historia de cómo el joven Federico visitó a una mujer parisina con cinco hijos, en una de las primeras visitas domiciliarias que hizo en la primavera de 1833.

Estaba en una necesidad apremiante. Cuando su marido bebía en exceso —lo que era a menudo— se convertía en un terrible abusador contra ella y los niños. Casi todos los salarios que ella misma ganaba trabajando duro eran inmediatamente desperdiciados por él en la bebida, dejando a sus hijos sufrir, especialmente, pero no sólo, de hambre. Ella estaba al borde del abismo cuando Ozanam la visitó. Inmediatamente trató de abordar el tema en cuestión. Después de su respuesta inicial, averiguando los hechos de lo que estaba y no se estaba haciendo, vio más allá de la necesidad inmediata en un panorama más amplio.

Después de proporcionarle la asistencia material necesaria, Federico profundizó en los detalles de su situación.

«Como estudiante de derecho joven, esperaba entender exactamente cuáles podrían ser sus opciones legales para aconsejarle sobre los mejores cursos de acción. Fortuitamente descubrió, a través de su investigación legal, que ella nunca había estado oficialmente casada, permitiéndole a ella la libertad de dejar a su opresivo compañero. Para asegurarla de que esto era así, obtuvo una decisión oficial del Procurador del Rey en la que declaraba este hecho.

Cuando informó a la mujer por primera vez, Ozanam le indicó que debería abandonar la casa para vivir en otra parte de París con sus hijos. Pero poco después se dio cuenta de cuán grande era la ira del esposo frustrado, sobre todo una vez que se enteró de la posible pérdida de los ingresos para sus vicios. El hombre amenazó con violencia».

Pero espera, hay más…

«Preocupado por la seguridad de la familia, Ozanam sugirió un procedimiento legal para obligar al hombre a abandonar París, pero se tomó tiempo para escuchar atentamente el consejo de la mujer y, en base a su recomendación, buscó una orden legal que impidiera al esposo saliera de París… Ahora la mujer sería libre de vivir con su madre en Bretaña».

Ayuda práctica adicional:

Se realizó una colecta para sus gastos de viaje. Cuando se marchó con sus hijos más pequeños, los dos mayores, de once y doce años, fueron contratados como aprendices en la imprenta del señor Bailly y hospedados en la casa de Bailly. «Federico había logrado trabajar para y con esta mujer para salir de la pobreza».

Federico Ozanam nunca escuchó ni pronunció las frases «cambio sistémico» o «pensamiento sistémico». Sin embargo, la historia anterior ilustra un argumento convincente de que estaba comprometido a ayudar a la gente a pasar de la pobreza a una vida sostenible, un elemento clave en el cambio de sistemas que atrapan a las personas en la pobreza.

Vemos que fue capaz de hacerlo:

• Escuchando con atención,
• Abordando la crisis inmediata,
• Comprensdiendo la complejidad de las cuestiones, y
  Creativamente abogando por la mujer.

Un rápido examen de conciencia…

• ¿Proporciono los primeros auxilios necesarios?
• Más allá de eso, ¿sigo intentando comprender las causas subyacentes?
• ¿Busco formas de utilizar el sistema para abordar las causas subyacentes?
• ¿Estoy dispuesto a ir más allá para cambiar el sistema cuando sea necesario?

Gracias, Ray, por recordarme esta historia y por estimularme a explorar la rapidez con que Federico asumió el cambio sistémico y las implicaciones de su ejemplo en mi propio pensamiento sobre situaciones concretas en el servicio. Hay muchas otras reflexiones que se pueden extraer de su bien documentada obra.

PD. Para aquellos que puedan pagar este bien escrito libro, es posible obtener algunas ideas contenidas en el capítulo visitando el artículo del autor de 2014 en Vincentian Heritage. «Frédéric Ozanam: Systemic Thinking, and Systemic Change.» (en inglés)

El libro será de especial interés para aquellos que buscan ir más allá de las biografías más antiguas para «examinar las lecciones que aprendió en su vida, que pueden ser compartidas por aquellos que estudian su pensamiento y buscan ideas que les iluminen».