Cuerpo y Sangre de Cristo
Deut 8, 2-3.14-16; Sal 147; 1 Cor 10, 16-17; Jn 6, 51-58.
“Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida”
En el centro de toda comunidad cristiana que celebra la eucaristía está Cristo vivo y actuante. Cristo está presente ofreciéndose como alimento que sostiene y da fuerza a nuestras vidas.
El papa Francisco nos dice que “la eucaristía es el Sacramento de la comunión, que nos hace salir del individualismo para vivir juntos el seguimiento, la fe en Él. Entonces tendremos todos que preguntarnos ante el Señor: ¿cómo vivo la Eucaristía? ¿La vivo en forma anónima o como momento de verdadera comunión con el Señor, pero también con tantos hermanos y hermanas que comparten esta misma mesa?”
No podemos olvidar todas las implicaciones que tiene “comulgar” con Jesús. Es comulgar con alguien que ha vivido y ha muerto totalmente por los demás. Por lo tanto no podemos comulgar con Jesús y vivir indiferentes frente a tantas situaciones de injusticia, hambre o violencia que vive nuestro mundo.
Hacemos nuestra una estrofa del poema Eucaristía de Pedro Casaldáliga:
Unidos en el pan los muchos granos iremos aprendiendo a ser la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos. Comiéndote sabremos ser comida.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Blanca López Leija, HC
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