«Señora: Me creo obligada a poner en su conocimiento que desde hace un año las Hijas de la Caridad que están en Chars se han visto muy probadas por dos motivos muy diferente fruto del celo del señor Cura: el primero no puedo decírselo por escrito, el segundo se refiere a la estabilidad que él querría hubiese en aquel lugar, sin que tuviéramos libertad para cambiar Hermanas como hacemos en todas partes y según las condiciones que convinimos con usted. El respeto que debemos a las disposiciones de la Providencia sobre la Compañía y también a las personas a quienes inspira servirse de ella para servir a los pobres, nos ha impedido retirarlas. Pero éste es el motivo, señora, por el que me tomo la libertad de enviarle esta carta que me han encargado le dirija, a la vez que le suplico humildemente nos dé usted su parecer que seguiremos con la mejor voluntad.»
Luisa de Marillac, Carta 591 a la Señorita Viole, Señora de Herse. De soltera Carlota de Ligny, viuda en 1634.
Reflexión:
- Las Hijas de la Caridad se hicieron cargo del Hospital de Chars hacia 1647, a petición la Señorita Viole, Señora de Herse, y Dama de la Caridad (Voluntaria de AIC). El título de Señorita y el de Señora eran títulos de categoría social. El título de Señora era superior al de Señorita, pues indicaba que era dueña de algún territorio.
- El párroco de Chars, pretendía que, al ser las Hermanas una asociación de mujeres seglares, pertenecía al párroco dirigirlas y no al señor Vicente de Paúl, que no podía destinarlas sin su autorización. Santa Luisa, sin embargo, prefería suprimir la Compañía si no dependía totalmente del Superior General de los misioneros Paúles, que daba unidad a toda la Familia Vicenciana.
- Ciertamente, cada rama de la Familia Vicenciana: Voluntarias, Paúles, Hijas de la Caridad y Conferencias son instituciones totalmente autónomas e independientes una de otras, sin embargo, forman una misma familia con idéntico carisma y con el mismo fin: ayudar a los pobres material y espiritualmente, y, desde san Vicente, admiten al Superior General de los Paúles como el Superior de la Familia Vicenciana que preside las reuniones de la Comisión formada por quienes dirigen las distintas ramas.
- ¿Ha llegado el tiempo de realizarlo? Las circunstancias sociales lo favorecen. Los últimos Superiores Generales han insistido en robustecer la unión entre las diferentes ramas de la Familia Vicenciana y el Papa san Juan Pablo II habló sobre la misión y la vida compartidas de las Congregaciones religiosas. Varias instituciones eclesiales y religiosas ya se han transformando en instituciones autónomas e independientes en la vida diaria, pero unidas en el gobierno y en los órganos de decisiones.
Cuestiones para el diálogo:
- El grito de hace años “el pueblo unido jamás será vencido” ¿vale también hoy para la Familia Vicenciana?
- Si la unión hace la fuerza, ¿no es debilitarnos vivir y programar cada rama por su cuenta? ¿Es posible hacer una única comisión de gobierno? ¿Es posible y ventajoso programar y hacer obras unidos en favor de los pobres?
Benito Martínez, C.M.
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