Seis años después del movimiento de contestación al que el régimen de Bachar El Assad respondió con las armas en 2011 y que hundió al país en el caos absoluto, el CICR censa actualmente 6’3 millones de personas desplazadas dentro del país, 5 millones de personas que viven en zonas asediadas y 4’8 millones de personas refugiadas en el extranjero. Mientras que una reunión de apertura de negociaciones de paz que implicaban a Irán, Turquía y Rusia se celebró en Astana (Kazakstán) el pasado 23 de enero, el balance no deja de agravarse.
“ La guerra ruge con voz fuerte: ‘si no me quieren, pues bien, váyanse’”, Michel Béni, Presidente de la SSVP en Damasco.
A pesar del exilio masivo y forzoso de las poblaciones hacia los países vecinos, numerosos habitantes han elegido quedarse en su territorio, a riesgo de sus vidas. Numerosas organizaciones humanitarias actúan localmente a fin de responder a las necesidades de la población. Entre ellas, la Sociedad de San Vicente de Paúl que está presente desde 1863 en Siria, continúa con sus actividades en las ciudades de Damasco, Alepo y Hassaké. Es así como Michel, (Presidente de la SSVP en Damasco), Joseph (Presidente de la SSVP en Alepo) y Yolande (Presidente de la SSVP en Hassaké) siguen, no sin dificultades, organizando acciones regulares de ayuda de urgencia para luchar contra todas las formas de pobreza humana y material: ayuda alimentaria, médica y financiera.
Este año, los miembros y voluntarios de la Sociedad de San Vicente de Paúl en las tres ciudades pudieron pasar la Navidad un poco más serenamente: en Damasco, en asociación con Caritas Siria, 500 niños beneficiarios participaron en unaobra de teatro y recibieron regalos. En Alepo y Hassaké, la SSVP distribuyó ropa de invierno a las familias a las que visitaron y volvió a crear vínculos con las personas aisladas.
“A pesar de las destrucciones y de la precariedad, nuestra asociacion se mobiliza» Joseph Ahmar Dakno Presidente de la SSVP en Alepo
En 2015, según un informe de la ONU, más del 83% de la población siria vivía por debajo del umbral de pobreza, como manifiesta Michel: […] cuanto más duraba la guerra, más se propagaba la destrucción, eliminando fábricas y empleos, agravando la devaluación de la moneda. Cuanto más duraba la guerra, más aumentaba el número de desplazados, y más aumentaban los precios, agotando la economía de las clases medias, y haciendo a los pobres todavía más vulnerables, hasta el punto de no poder conseguir los alimentos capaces de preservar su dignidad de seres humanos. […]”.
En Alepo, los efectivos disminuyen. La Sociedad de San Vicente de Paúl ya no tiene más que 12 conferencias y 70 miembros, cuando ella contaba con 125 miembros antes del comienzo de la guerra. Como nos lo describe Joseph Ahmar Dakno, presidente del Consejo de Alepo, la ciudad ha sido objeto de numerosas destrucciones y masacres “[…] la destrucción es indescriptible: destrucciones enormes en las viviendas, destrucción de las industrias, de las fábricas, de la infraestructura, de las escuelas, de las mezquitas, de las iglesias a causa del enorme número de obuses, de misiles, pero también de matanzas […] la residencia médica para personas mayores, bombardeada hace algunos meses, está inhabitable.”. A pesar de ello, la asociación consiguió financiar el realojamiento de unas cuarenta personas de la tercera edad en un centro, suministrándoles un refugio, así como una ayuda alimentaria y médica.
Una cooperacion de actores locales para mejorar la ayuda
Los recursos disminuyen y las necesidades aumentan; la SSVP ha creado y reforzado cooperaciones con organizaciones internacionales e instituciones a fin de mejorar la eficacia de su acción sobre el terreno. En Damasco, la OMS (Organización Mundial de la Salud) suministró material especializado para permitir a la SSVP realizar 300 sesiones de hemodiálisis en su centro especializado. La SSVP de Damasco coopera con Caritas en el desarrollo de proyectos de apoyo psicosocial a favor de niños de 6 a 15 años que han vivido traumatismos durante la guerra.
En 2016, los tres Consejos (Damasco, Hassaké y Alepo) han recibido subvenciones procedentes de organismos no gubernamentales sirios (Liga Americana Siria, Asociación Americana del Deseo Sirio), de una ONG francesa (la Obra de Oriente) y también Consejos Nacionales de la SSVP (SSVP de Francia, SSVP de Bélgica).
La SSVP de Siria, en colaboración con la SSVP de Francia, la SSVP de Bélgica, la Obra de Oriente, la misión pontificia, la ONG Liga Americana Siria, y la ONG Asociación Americana del Deseo Sirio (SAWA=Syrian American Wish Association) crea numerosos proyectos médicos, educativos y humanitarios :
- contribución a la compra de material de reconstrucción de viviendas.
- contribución a la compra de gasolina.
- ayuda para el pago de alquiler de los desplazados internos y refugiados externos.
Por otra parte, recientemente, por mediación de la CIAD (Comisión Internacional de Ayuda y Desarrollo), la SSVP se ha beneficiado de la renovación de una subvención procedente de un donante anónimo para apoyar proyectos a favor de los refugiados sirios en Líbano. Alrededor de un millón y medio de sirios están hoy refugiados en Líbano, lo cual representa un tercio de la población. La SSVP aporta un apoyo a los refugiados en los campos de la región de Bekaa, y en el sur de Beirut: visita a las familias, distribución de alimentos, pago de las facturas de electricidad. Se puede descargar aquí el informe de la utilización de los fondos.
“Es el apoyo de la comunidad vicentina que necesitamos», Michel Béni, Presidente de la SSVP en Damas
Por mediación del Consejo General Internacional (CGI), los Consejos de Damasco, Alepo y Hassaké lanzan una llamada a toda la comunidad de voluntarios de la Sociedad de San Vicente de Paúl en el mundo entero. Más allá de la necesidad material, es el respaldo moral lo que buscan los miembros activos de la Sociedad en Damasco; una necesidad de sentirse incluidos en una comunidad fraterna para no hundirse en el olvido y la indiferencia. Y Michel Béni concluye “no permitiremos que ni la aflicción, ni la desesperación nos venzan”.
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