1 Jn 3, 11-21; Sal 99; Jn 1, 43-51.
“Tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”
Como a sus primeros discípulos, Jesús nos llama a su encuentro. Vamos a verlo como lo hizo Natanael y el deseo de aquella pequeña de esta bella historia:
Un día un señor, aun siendo de religión protestante, llevó a su niña a conocer un templo católico. La niña al ver que a un lado del altar ardía una lámpara, preguntó: Papá el día es tan bonito y claro, ¿por qué está ardiendo esta lámpara? El papá explico: Hija, según la religión católica, allí dentro del sagrario está presente Jesús en el Pan consagrado; la lámpara encendida recuerda su presencia. La niña concluyó.
¡Qué bonito tener a Jesús presente!
Algunos días después, el papá llevó a la niña al templo protestante. La niña pregunto: Papá ¿por qué aquí no está ardiendo ninguna lámpara? El papá le explicó: Hija, según nosotros los protestantes, aquí no se encuentra presente Jesús; nosotros no tenemos Eucaristía. La niña se quedó pensativa. Después de algunos segundos, tomando de la mano al papá le replicó: Papá… vámonos… vámonos, por favor, al otro templo, donde está Jesús.
Vayamos también nosotros al encuentro del Señor con Natanael y la niña de nuestra historia.
¿Te animas?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jorge Pedrosa Pérez, C.M.
0 comentarios