1 Jn 2, 22-28; Sal 97; Jn 1, 19-28.
“Viene después de mí, alguien que existe antes que yo”
En este mundo que nos tocó vivir hay muchos hombres y mujeres que se dicen predicadores de la verdad, enviados por Jesucristo; pero cuidado, tenemos que estar atentos, no nos vaya a suceder lo que pasó con los seguidores del Bautista, que terminaron confundiéndolo con el Mesías.
Cuanto dolor en familias rotas a causa de los grupos sectarios que circulan por los hogares de nuestras comunidades con sus predicciones apocalípticas y fanatismos, que no buscan otra cosa sino desmembrar a los fieles de la Iglesia para sus sectas.
También san Juan, ante el temor del anticristo de los creyentes de su tiempo les dice: ¿Y quién es el mentiroso sino el que niega que Jesús es el Cristo? Y les aconseja “permanezca en ustedes lo que oyeron desde el principio; si permanece en ustedes lo que oyeron desde el comienzo, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre… Les he escrito esto pensando en aquellos que tratan de desviarlos, pues en ustedes permanece la unción que recibieron de Jesucristo, y no necesitan que nadie venga a enseñarles”.
Alimentemos nuestra vida cristiana compartiendo y celebrando la palabra en nuestra comunidad y dando testimonio con nuestro compromiso. Así no seremos confundidos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Jorge Pedrosa Pérez, C.M.
0 comentarios