Ofrezca su servicio — Viva el presente • Día de Oración y Ayuno Vicentino

por | Nov 30, 2016 | Reflexiones | 0 comentarios

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Dia Vicentino de ayuno y oración/reflexión
Ofrezca su servicio — Viva el presente — Don de la fortaleza — Compañeros constantes

Ofrezca su servicio — ¿Qué hace usted para crear y traer belleza al mundo a su alrededor? Lo que sea que usted haga, sepa que puede usarlo para cambiar el mundo. Piense, pregunte y ofrezca. Eso es todo. Piense sobre quien podría beneficiarse, pregunte a su alrededor y ofrézcalo. ¡Le aseguro que se sorprenderá de la alta demanda que tiene lo que usted sabe hacer! — Por Coleen Mitchell. “Las mejores obras no son las que tienen mas pompa, extensión o renombre; sino aquellas donde usted puede poner todas las almas y hacerles bien — San Vicente de Paul. — Algunas veces las cosas parecen interminables y sin resultados. En esos momentos, Señor, dame la gracia de satisfacerme con que el buen trabajo será logrado con el tiempo. Debemos ser paciente y escuchar los planes de Dios para nosotros. Debemos estar siempre presentes para servir. Estuve pensando en el libro que espero publicar, llamado Historias del corazón, todos tenemos una historia y otros Vicentinos necesitan tiempo para reflexionar sobre ellas. Por favor, asegúrese de cambiar los nombres y de poner el nombre de su Conferencia al final de la página. Su nombre puede estar. El libro es de bajo costo y todos los fondos serán entregados al Fondo Nacional de Desastres. Por favor, rece para ver cómo puede ofrecer sus historia. Todos tenemos una historia que toca nuestros corazones. Por favor, rece y mándemela. Tendrán que firmar un contrato que yo les mandaré.

Viva el presente — Debemos aprender a vivir el presente. Debemos preguntarle a Dios: ¿Cuál es Tu llamado en este momento? No ayer, no mañana; sino ahora mismo. La voluntad de Dios se manifiesta en las obligaciones y experiencias del momento presente. Solo tenemos que aceptarlas y ser como Jesús en ellas — Por la Madre Angélica: Su Gran Silencio. Usted ha cometido algunos errores y puede ser que no esté donde quiere estar, pero eso tiene que ver con su futuro. Cada día es un nuevo día, y usted es requerido aquí y ahora. No se preocupe por lo que viene después. Su maravilloso ser está sirviendo a nuestro Señor hoy y cada día. No en el futuro. Hágalo ahora en el presente porque ahora es que Dios lo está llamando. Estamos llamados a ser sirvientes y como tal visitamos a los más necesitados a nuestros vecinos y amigos que han caído en la pobreza. Los visitamos y tratamos de aprender de ellos. Nuestro primer regalo suele ser comida. Visítelos y escuche sus historias. Nadie quiere vivir en pobreza. Pero pasa, así que necesitamos escucharlos ahora. Empieza escuchando quiénes son y lo que están haciendo aquí. Escuche con sus dos oídos y sonría.

Don de la fortaleza —  El don de fortaleza nos hace perseverar en la santidad. Nos da la fuerza para seguir adelante  frente a la oposición y la debilidad. Da una resistencia sobrenatural, un reto espiritual —Por la Madre Angélica: Su Gran Silencio. Podemos aprender mucho de la Madre Angélica. Es una mujer maravillosa y continuaremos aprendiendo sus frases de amarnos nos los unos a los otros y pedirle ayuda a Dios. Dios nos da el don de la fortaleza. No solemos reconocerlo. A veces nos toma un tiempo entenderlo. Rece frecuentemente por ese don y busque consejo en el servicio a nuestros amigos. No vine rápidamente,  pero logramos ver un avance sorprendente gracias a Dios y nuestra recién descubierta fortaleza. Somos Vicentinos llamados a ser sirvientes, así que debemos ser lo mejor posible y buscar respuestas. Todo el mundo es amor a los ojos de Dios y siempre debemos ver a Jesús en los demás, especialmente en los pobres, los presos y los adictos que se nos acercan. Imagínese cuánta fortaleza tienen que tener muchos de nuestros amigos para exponer sus historias y dolor. Los hacemos porque Jesús nos dijo que alimentáramos a sus ovejas, que cuidáramos a sus corderos y lo hacemos.

Compañeros constantes — Podemos convertirnos en santos no por los que somos nosotros; sino por lo que es Él, y por lo que Él puede hacer de nosotros. Amor es lo único que se necesita. Usted debe amar a  Dios con toda su mente, todo su corazón, con todas sus fuerzas. Déjelo convertirse en parte de sus obras y juegue… déjelo ser su compañero constante durante el día, hablando con Él como lo haría con un amigo — Por la Madre Angélica: Su Gran Silencio. ¿Alguna vez ha pensado que es el compañero constante de Jesús? Él está con nosotros, somos sirvientes y estamos llamados a ser Sus sirvientes. Somos sirvientes de los pobres y los necesitados. Somos testigos porque Jesús nos llama a dejar nuestras vidas por los demás y decimos sí. Nos se trata de un martirio físico. Estas palabras y llamadas de Jesús son una invitación a venir y servir. Estamos llamados a ser sirvientes y testigos de Cristo. Estamos llamados a ser Sus sirvientes para servir y amar a los pobres. Jesús nos llama a cuidar sus ovejas y a amar sus carderos. Somos testigos de Cristo con nuestros propios ojos y oídos. Por eso es que las visitas a los hogares son esenciales. Estanos trabajando para que Dios y nosotros mismos sepamos, amemos y vemos a Jesús en nuestra familia Vicentina, nuestra familia parroquial y todos los que servimos.

Bendiciones,

 Lynn

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