Dentro de menos de un mes la Familia Vicenciana saludará con especial cariño a la Virgen en su advocación de «Milagrosa». Sin duda, hasta entonces se publicarán muchas reflexiones sobre la advocación, su historia, su actualidad, etc.
La semana pasada os invitábamos a hacer algo distinto: contar historias, tu historia o la de los tuyos, con la Virgen Milagrosa. No reflexiones, sino vivencias. Estamos seguros de que hay muchos gestos de amor y confianza en la Virgen dentro de nuestra Familia Vicenciana. Y compartirlas es otra manera de hacer familia.
Y sor Carmen, Hija de la Caridad, respondió rápidamente. He aquí su relato. ¡Esperamos el tuyo!; después de su historia tenéis un formulario donde podéis escribir la vuestra, que será publicada a lo largo de los días que preceden a la fiesta de nuestra madre, el 27 de noviembre. Podéis hacerlo en Español, Inglés, Francés, Portugués, Italiano… no importa el idioma, intentaremos traducirlo a los idiomas que usamos en famvin.
¡Anímate! Seguro que muchos desean conocer «tu» historia para aprender a amar más y a seguir mejor el ejemplo de mamá María.
Estoy convencida de que María ha intervenido en mi vida de un modo milagroso. Cuando yo tenía 19 años, un camión me atropelló, y me vi arrastrada varios metros, saliendo por la parte trasera del mismo, cuando este frenó. Milagrosamente, no tuve ni un solo rasguño. En seguida me ví rodeada de gente. Me levanté y con una inmensa alegría dije que La Milagrosa me había salvado, mientras sostenía entre mis manos la medalla de mi Madre Milagrosa, que siempre he llevado al cuello.
Siempre he tenido gran devoción a María y creo firmemente que ella se preocupa y cuida de nosotros.
Por eso, animo a que siempre llevemos en el cuello, en los labios y en el corazón a María: ella nos acercará a Jesús.
Sor Carmen, H.C.
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