No hay confesión de fe más honesta que la que reconoce que creer en Dios es luchar por la dignidad del pobre.
Reflexión:
Poco hay que añadir al texto de la canción. O quizás mucho: mucho que podemos dialogar, repensar y poner en acción. ¿Realmente pensamos que creer en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo nos empuja a luchar por la justicia, la defensa de los pobres, la construcción de una sociedad más justa y libre de toda iniquidad…? ¿O, simplemente, recitarlo es uno más de los actos mecánicos que hacemos, una vez por semana, en misa?
Si tienes una comunidad con la que dialogarlo, te invito a hacerlo. Si no, lo puedes pensar en tu corazón. Con unas preguntas sencillas:
- ¿A qué me está comprometiendo creer en Dios?
- ¿Realmente el credo me está recordando, cada vez que lo recito, que soy enviado del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo para transformar el mundo según lo que Dios nos anima a hacer (y a ser)?
- ¿Que debo cambiar en mí para ser más acorde con la invitación de Dios a ser apóstol de la Verdad?
Letra:
Ahora más que nunca, y contra la opinión de tantos,
entre voces de ultratumba, y sus acordes camuflados,
poemas y lisuras, siempre oscuro nunca claro,
los expertos de la duda y los que dudan por encargo.
Ahora más que nunca y aunque te parezca extraño,
entre genios que aseguran que ahora ya nada es pecado,
los óleos contra natura y el abuso de lo abstracto
y quel cine que estimula a que todos seamos villanos.
Ahora más que y para decepción de varios,
entre niños que pululan y fetos asesinados,
entre algunos que disfrutan de las leyes del mercado,
mientras mi pueblo deambula sin comida y sin trabajo.
Ahora más que nunca y con los dientes apretados,
entre horóscopos y brujas y un racismo solapado,
entre Anás, Caifás y Judas, entre Herodes y Pilatos
y esa deuda que estrangula a todos mis pueblos hermanos.
Ahora más que nunca, quiero que quede claro,
respetando posturas
¡¡¡permítanme gritarlo!!!
Creo en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra,
creo en Jesucristo,
su único hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo
y nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato
fue crucificado, muerto y sepultado
y descendió a los infiernos
y al tercer día resucitó,
resucitó de entre los muertos
y subió a los cielos y está sentado
a la derecha de Dios Padre
y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos
y a los muertos…
Creo en el Espíritu, Espíritu Santo,
y en la santa Iglesia Católica,
en la comunión de santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos
y la vida eterna, Amén,
Ahora más que nunca: ¡¡Amén!!
Autor e intérprete: Luis Enrique Ascoy.
http://www.luisenriqueascoy.com
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