Sólo en el encuentro con el otro aprendemos lo que es la caridad y quiénes somos: hermanos y hermanas con capacidades y responsabilidades.
Muchos de vosotros sabéis que soy blogger en medium.com, en donde desarrollo ideas, algunas de las cuales comparto en famvin.org como «YoSoyVicente» y «Vicentinos por doquier». También me encuentro con otros bloggers que tienen algo que decir a nuestra Familia Vicenciana.
Anastasia Basil aporta una perspectiva muy «vicenciana» a sus reflexiones. A pesar de que utiliza una perspectiva secular y describe erróneamente la caridad como nosotros los Vicencianos la entendemos, sus apreciaciones dan en el blanco.
No se debe confundir con la ayuda de caridad. La caridad es ropa vieja. Donar un abrigo no te convierte en una buena persona, pero apuesto a que te hace sentir como si lo fueras. Ni tan siquiera necesitas ese abrigo, lo que quieres es espacio en el armario. Claro, podrías haberlo vendido en una venta de garaje y conseguido, digamos, veinte dólares. ¡Fue un abrigo que me costó, maldita sea! Pero tú, con un corazón de oro, lo regalaste. Hay brillo en los ojos de Dios sólo para ti.
Lo que hace de ti una buena persona para los demás (y no sólo para sí mismo) es la misma cosa que me lo hace a mí o a cualquiera que pueda permitirse gastarse ocasionalment 12 dólares en cócteles, una buena persona: Tu voto. No es tu abrigo.
Vota por un salario digno para los demás. Vota por el seguro de salud para los demás. No te alinees solo dando cupones de alimentos para otros. Comprende la importancia de lo que serían 17 dólares para otros. Ese pobre tramo de Atlanta está tranquilo porque la gente está trabajando y pagando la guardería. Están trabajando las mismas horas que tú, pero reciben un salario de mierda.
Pasar tiempo con otros permitió a Anastasia verse a sí misma y ver a las personas que son pobres de manera diferente. Aliados. Amigos. Cuando hemos llegado a ser tanto amigos como aliados, podemos decir #YoSoyVicente.
Disfruta del artículo completo de Anastasia: «Sándwiches de salsa de tomate y otras cosas que las personas pobres estúpidas comen» (en inglés).
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