Día de Oración y Ayuno Vicentino: martes 20 de septiembre de 2016

por | Sep 20, 2016 | Reflexiones | 0 comentarios

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Día Vicentino de ayuno y oración
Martes 20 de septiembre de 2016

Dios está cerca — Las promesas del amor — Jesús es el Salvador — Avanzando

Dios está cerca – ¿Ustedes creen? Han de saber y creer en Él está siempre con nosotros, en las buenas y en las malas. Debemos creer y rezar. Leí un pequeño artículo escrito por Billy Graham, y no suelo creer que debamos mirar hacia atrás. Creo que hay que enterrar las cosas o elevarlas a Dios, pero él me hizo pensar. El Dr. Billy Graham decía: «Si fuera capaz de vivir la vida de nuevo, me gustaría dedicar más tiempo a la familia, por encima de otras cosas. La familia propia ha de ser la más importante fuente de felicidad, solamente por detrás de Dios». Al reflexionar sobre esto, llegué a la conclusión: necesitamos hacer que nuestros lazos familiares sean más fuertes. Llevamos pensamientos y oraciones con nosotros en nuestro servicio a los demás. Debemos estar cerca de nuestra familia Vicenciana, y aprender unos de otros a medida que utilizamos este conocimiento para llevar el amor de Dios libremente a los pobres. Debemos unirnos con nuestras familias eclesiales y compartir las necesidades de los pobres. Por supuesto, debemos estar unidos a nuestras familias y compartir nuestro trabajo y la fe con ellos. Dios siempre está cerca y sabe que lo necesitamos. Invócale con frecuencia y pide su ayuda, y cree siempre. Él está cerca.

Las promesas de amor – Podemos leer sobre el amor y lo que nos trae en 1 Corintios 13, 4-7. «El amor es paciente, es servicial». Llevamos paciencia y bondad a los necesitados. «El amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe». Es verdaderamente un regalo de Dios. Cada éxito que tenemos viene de su mano y su amor. Recuerde darle gracias después de su visita. «El amor no es grosero, no busca su interés, y no se irrita». En esto tengo que revisarme con frecuencia. Mi temperamento irlandés interfiere y tengo que revisarlo y orar a menudo para mantenerlo bajo control. Nosotros, en nuestro servicio a los demás, debemos ser diligentes, pero debemos tener la intención de cambiar a aquellos a quienes servimos para ser como nosotros, sino para ser lo mejor que puedan ser. Debemos respetar sus costumbres. «El amor tiene en cuenta los errores que se han hecho». Aceptamos a las personas como son y las servimos en sus necesidades. «El amor no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad». Nuestro trabajo es escucharles y tratar de buscar la razón por la que viven en la pobreza o en la prisión, y buscar un cambio, con la ayuda de Dios. El amor paciente acepta las cosas. Siempre confía con esperanza y siempre se mantiene fuerte y tranquilo.

Jesús es el Salvador – Vemos a Jesús en los pobres, porque Él es la salvación. ¿Quién tiene un amor más grande que Él? Él nos llama a cuidar del rebaño y alimentar a sus corderos. Se nos llama a servirle en los pobres. ¿Quién tiene un amor más grande que Él? Murió en la cruz, con los brazos extendidos, abarcándonos a todos nosotros. Él murió por nosotros y nuestra salvación, por todos nosotros. Cuando se piense en Jesús, trate de verlo realmente. Verlo en su cónyuge, en su familia y en su Familia Vicenciana. Si realmente lo ve, usted notará una diferencia. Él alimentó a miles con poco. Confíe en él y mueste el amor que Él tiene a todos los necesitados a los que servimos. Tenemos que conocerlo y confiar verdaderamente en él. Lo que no podemos hacer, la Trinidad puede hacerlo. Recuerde llevar con usted a la Trinidad, y orar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es la manera vicenciana. Jesús es nuestro Salvador y el Salvador para todos. No hay favoritos. Todos nosotros le pertenecemos. Él es la salvación de toda la humanidad. Hay que tratar siempre a los pobres con esto en mente. Nunca pensemos que somos mejores. Todos somos uno y todos somos pecadores, por lo que debemos seguir tratando de llegar a la santidad. Ore a menudo, siempre, antes de una visita, en silencio durante la visita y siempre después de la visita. Asimismo, recuerde hacer un seguimiento para asegurarse que las cosas van bien. Recuerde que servimos a Jesús y los pobres son nuestros amigos, esperando por su salvación.

Avanzando – Todos tenemos remordimientos pero hay que seguir adelante. Mi oración preferida es «Huellas». Cuando hemos cometido un error, tratemos de no mirar hacia atrás a nuestras huellas, sino de mirar hacia adelante, y veremos a Cristo que nos está llevando. Cada día nos ofrece una nueva oportunidad de dar pasos en la dirección correcta. Cada día es un nuevo día, no se desespere. Comparta su alegría y sonrisa con los demás, especialmente con los pobres. No destruya los sueños de otros, y marque siempre la diferencia. Las puertas siempre nos detienen, por lo que asegúrese de que sus puertas están siempre abiertas y siempre proceda con alegría, amor y misericordia. Cada persona a la que servimos es un regalo de Dios para nosotros. Son regalos muy valiosos y deben ser tratados así. Debemos ver a Jesús en ellos y tratar de hacer del mundo un lugar mejor.

Bendiciones,
Lynn

 

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