1 Cor 3, 1-9; Sal 33,12-15.20-21; Lc 4, 38-44.
¡Disfruta, y ¡suelta!
¡Todo un personaje mi Jesus! “La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese. Pero él les dijo: “También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado”.
Es de esos hombres de una talla, que saben disfrutar del momento y dejarlo ir; se sabe ungido con la fuerza del Espíritu, se muestra Señor de la naturaleza, el Señor de la Vida, vencedor de la muerte. Nos comunica que Él es la fuente de la vida, que es la esperanza y la liberación para cada uno de nosotros.
Nos enseña a luchar por nuestros ideales mejores y a ser gente libre, capaz de darse y ser Don para los demás, a no aferrarnos o apegarnos a lugares, cosas, personas, estructuras etc. “Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles”.
Disfruta lo maravilloso de compartir y servir al otro como la suegra de Pedro y ¡suelta! Suelta la fama, el halago, el triunfo, el confort y demás engaños.
¿Qué tan pronto estoy para disfrutar cada día de mi vida? ¿Qué miedos tengo que soltar para que mi vida respire libertad?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: Yolanda Elvira Guzmán, H.C.
0 comentarios