“Un proceso para la vida cristiana, una manera práctica de responder amorosamente al Dios que nos amó primero.»
Quizás hayas oído la expresión «un Cristiano de Mateo 25», refiriéndose a una persona que hace hincapié en el Juicio Final, en su acercamiento a la fe. Este enfoque tiene el punto final, el juicio final, como punto de partida y el principal foco para entender lo que significa ser cristiano. No es un mal lugar para empezar, ya que esta parábola es el único texto del Evangelio sobre el juicio final, y se muestra claramente enfocado no en las prácticas de piedad, sino en la preocupación y la acción a favor de los que sufren.
Sin embargo, es interesante tener en cuenta el capítulo 25 de San Mateo en su conjunto, las tres parábolas juntas, en secuencia, la una cimentándose en la otra:
Las vírgenes sabias y las necias: Mantén la lámpara encendida, permanece despierto y vigilante, sé consciente, estate «al tanto» se diría hoy;
Los talentos: No los entierres, desarróllalos, y utiliza tus talentos;
El Juicio final: encuentra a Cristo, y ámalo, en los pobres y necesitados.
En un capítulo, ¡un programa —proceso de vida cristiana—, una manera práctica para responder con amor al Dios que nos ha amado primero: estar despierto y vigilante, utilizando nuestros talentos, sobre todo en favor de los pobres y el sufrimiento!
Para los vicencianos los pobres son nuestro legado. Otros elegirán diferentes prioridades, la nuestra siempre es el pobre, entre los cuales Vicente dice que «se encuentra la verdadera religión». Nuestro reto permanente es encontrar soluciones del siglo XXI a la pobreza, poniendo en acción a partir de hoy las intuiciones de Vicente y de otros en los siglos pasados.
Y qué mejor manera de servir a los pobres que
- asistiéndoles con caridad, cuando sea necesario, una caridad que respeta y da poder a los otros, y
- ayudando a las personas oprimidas por la pobreza a encontrar su voz y canalizar su propia capacidad para desafiar y cambiar los sistemas y estructuras que los mantienen en la pobreza.
El trabajo en el Cambio Sistémico es otra expresión de la Espiritualidad Vicenciana y la Nueva Evangelización.
Jim Claffey se jubiló recientemente de la Sociedad de Vicente de Paúl, en Long Island, donde se desempeñó como Director de Formación y Programas. Jim sirve actualmente como secretario ejecutivo de la Comisión Internacional de la Familia Vicenciana para la promoción del cambio sistémico.
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