Juventudes Marianas Vicencianas es para mí como una segunda familia. Cuando aceptamos la misión de ser JMV, Dios nos llama a ser jóvenes diferentes. En casi diez años de JMV, pasamos por caminos largos y desafiantes, iluminados por el Espíritu Santo y animados por el ejemplo fiel y misionero de María y San Vicente, mi trayectoria en JMV ha estado marcado por encuentros especiales con el proprio Dios en la persona de los pobres. Como por ejemplo en el grupo local, durante las visitas a varias familias y reunión con los ancianos.
Este encuentro con los ancianos se realiza el cuarto sábado del mes, son más de 20 personas de edad avanzada, que buscan no sólo ayuda material sino la palabra y la alegría que JMV comparte con ellos.
Son momentos de profunda armonía con Dios, porque como los jóvenes evangelizados, tenemos el compromiso de evangelizar a través de nuestras obras. Dios nos llama a ser sal y luz en esta tierra, delante de tanta desesperación que nuestros hermanos y hermanas pasan.
Las situaciones cotidianas como el hambre, la pobreza, la miseria, no deberían ser vistas sólo como algo frecuente, sino circunstancias que nos deberían de perturbar y de hacernos tomar actitudes que transformen la realidad, comportamientos evangelizadores, de acuerdo con las enseñanzas de Cristo mismo.
Además, durante la misión dada que me fue designada en el Consejo Provincial de Fortaleza y ahora también en el Consejo Nacional de Brasil, trato siempre de estar más cerca de los jóvenes, aunque no siempre sea posible estar presente físicamente en todos los encuentros regionales, provinciales y nacionales. Así que tenemos que echar las redes más profundamente para llegar a los jóvenes de JMV, animarlos y darles a conocer nuestra historia, nuestros planes, viviendo las realidades y proponer estrategias para resolver situaciones de conflicto en que los grupos viven, traduciendo sus dificultades en oportunidades de crecimiento, utilizando las fortalezas de grupos como herramientas de superación. Así como lo hicimos en años anteriores, con la obra de evangelización a través de la Exhortación Apostólica Verbum Domini, recuperando la importancia de la Palabra de Dios, y este año con la celebración de nuestros 150 años de JMV y con la formación del libro «Conociendo a JMV» – libro organizado por nuestro asesor nacional Padre Mizaél Poggioli.
Las visitas que hacemos son siempre inspiradoras, donde el intercambio de experiencias refuerza nuestro carisma vicenciano y confirma nuestra fe en Dios, y porque elegimos la Asociación cierta para nuestras vidas: JMV.
¡Somos fuertes con Jesús, María y San Vicente!»
Rogleson Albuquerque Brito
JMV San Rafael (Fortaleza / Ceará / Brasil)
Fuente: http://www.secretariadojmv.org/
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