Día Vicentino de ayuno y oración
Martes 26 de abril de 2016
Carisma Vicentino — Verdadera misericordia — Pastor de su rebano — Cristo entre los pobres
Carisma Vicentino — “Yo era un extraño y tú me recibiste…” (Mateo 25:35). Vamos a celebrar el 400 aniversario del Carisma Vicentino en 2017. Esta fue una decisión global para marcar el 400 aniversario. “Fue en 1617, cuando predicando en la iglesia parroquial de Chatillo, que San Vicente exhorto a su congregación a responsabilizarse por una familia pobre de la parroquia que había pasado por una enfermedad seria y necesitaban comida y ayuda. La familia fue salvada por la increíble respuesta de este llamado a la acción y San Vicente se dió cuenta de que para ser carismático hay que organizarse muy bien —un evento que ha cambiado el mundo en los últimos 400 años”. (Tomado de Famvin.org, 19 de abril de 2016, http://famvin.org/es/2016/04/18/logo-para-el-400-aniversario-del-carisma-vicenciano/). Tómese el tiempo para leer el artículo completo. Hemos avanzado mucho, pero una servimos a los pobres y damos la bienvenida al extraño. Como una nota para la SSVP de Canadá, esta está escribiendo un libro en sus 170 años deservir a los pobres en Canadá. Si alguien quiere seguir a nuestro autor En route with/pour l’histoire Suivre le trajet / Follow the journey en Facebook Carnet de voyage / Journal sur louise-lariviere.com. Me parece que las paradas y las fotos son fascinantes. Oraciones y bendiciones para Louise por su maravilloso trabajo y compromiso de su tiempo. Hoy nuestra familia Vicentina esta en todo el mundo.
Verdadera misericordia — Estamos lavados por el agua del bautizo, y diariamente estamos llamados a renovar esas promesas bautismales —para volver al camino y aceptar el perdón de Cristo. Dios espera pacientemente a que nos acerquemos a la fuente de la misericordia para que nos volvamos completos y santos. Este es el inicio de nuestra santidad. No termina en el bautismo, debemos seguirla renovando. En las profundidades del perdón hay una conexión con Dios que todos deseamos, cuando buscamos perdón —recibirlo y darlo. Nos pegamos a Dios porque Él es la fuente de amos y perdón que no puede separarse, uno del otro, sin perder su esencia: pasar nuestra eternidad con Dios. No existe la verdadera misericordia lejos de Él. Llevarles misericordia a los demás nos dará alegría y la alegría se esparcirá como el amor y la misericordia de Dios. “La alegría es un gran remedio. ¡Se la recomiendo y la yo uso entusiastamente…! ¡Sea alegre! Se lo repito, ¡Sea alegre! Cuando estamos alegres estamos menos pendiente del demonio y nos curamos más rápidamente. Déjele todos sus cuidados a Dios. Él es el mejor de los padres y lo cuidará tan bien como sea posible.” —Beata Giuseppina Nicoli (1863-1924). Cuando yo estaba pecando, ver a los leprosos me asqueaba más allá de lo normal, pero luego Dios me guió hacia Su compañía, y me dieron lástima. Cuando conocí a unos de ellos, que previamente me había dado asco, me dió consuelo físico y espiritual. —San Francisco. Luego recibimos verdadera misericordia al ir a confesarnos, pidiendo perdón y perdonando a los demás. El próximo regalo que Dios nos da es pura alegría al servir a todos aquellos que Él pone frente a nosotros.
Pastor de Su rebaño —Mucha gente en nuestro mundo es como una oveja sin pastor, caminando sin rumbo, buscando una salvación que ni siquiera entienden. Nosotros estamos llamados a traerlos al rebaño de Jesús y ayudarlos a prepararse para Su Reino. De una forma u otra, todos somos pastores de reno de Dios. Solemos preocuparnos por conocer a la gente correcta, por tener el trabajo perfecto, por tener el mejor celular. A veces me digo ojalá pudiera bajar mi ritmo. La realidad es que yo soy la única tratando de hacerlo. Yo hablo mucho sobre encontrar su lugar tranquilo y hablar con Dios. Él tiene todas las respuestas y nos ama más de lo que nos imaginamos. Cuando yo encuentro mi lugar tranquilo y escucho, me vuelvo otra persona. No me interesan las cosas materiales. Yo rara vez uso mi celular o sé dónde anda. Leer las Santas Escrituras, nos ayuda a convertirnos es pastores de Jesús. Ore por los jóvenes y celebre la alegría de los jóvenes Vicentinos. Somos muy bendecidos. La Iglesia —confiando en que el Señor Jesús está con nosotros siempre, aún en los momentos más oscuros y desesperanzados— se levanta como un faro de luz y esperanza en un mundo que sería oscuro si no fuese por ella. Su esperanza se basa en la bondad de Dios, pero también en la bondad radical de la humanidad. Necesitamos trabajar con Dios. La enseñanza católica social nos recuerda que no es suficiente esperar pasivamente el Reino de Dios en la próxima vida. También estamos llamados a construir Su reino ahora, trabajando como pastores para eliminar la injustica, discriminación, pobreza, terrorismo y enfermedades de nuestro medio. Dios nos dará todas las herramientas y la fortaleza que necesitamos para pastorear Su rebaño. Nuestro rol es decir “Si, Señor” y estar reparados.
Cristo entre los pobres —Los Vicentinos estamos llamados a seguir a Cristo y Él hace eso a través de nuestros amigos los pobres. Atendemos Su llamado y atendemos a Su rebaño. Es nuestra misión. Necesitamos preguntarnos: “¿Quiénes son los pobres?, ¿cuán frecuentemente los ayudo?, ¿simplemente les doy comida?” Aquí necesitamos orar. Necesitamos preguntárnoslo. Necesitamos saber el valor de los pobres. Dios nos llama, los pone frente a nosotros y nos pide que los sirvamos. Los servimos con el amor y la misericordia de Dios, porque son nuestros amigos, nuestros hermanos. Sabemos que Dios los ama a ellos tano como a nosotros, así que los ayudamos con nuestro amor cristiano y paciencia, amabilidad para compartir esperanza. No vamos por lástima, dándoles palmaditas en la cabeza, diciéndoles “Todo va a estar bien” Llevamos el Evangelio con nosotros, no en palabras, sino en nuestras acciones de gentileza y amabilidad genuina. Así que amándolos buscamos soluciones para sacarlos de la pobreza dándoles un nuevo comienzo. Esto es muy difícil, así que buscamos ayuda y colaboramos con otros para trabajar juntos, no para que trabajen por nosotros. San Vicente solía hablar sobre encontrar a Cristo en los pobres. Debemos orar y tratar de ver a Cristo en los demás, especialmente en los más necesitados. En mi parroquia, mientras nos damos la paz, nuestro sacerdote nos llama a ver a Cristo en nuestro vecino y a dar la paz con una sonrisa de alegría mientras encontramos a Cristo. Cristo está entre los pobres, debemos rezar en nuestro servicio. Escuche a los que sirve y sea su sirviente. Él está con ellos y con nosotros. ¡Créame!
Bendiciones,
Lynn
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