«En verdad os digo que todo lo que hicísteis por uno de los más pequeños de mis hermanos y hermanas, lo hicísteis por mí.» (Mt 25, 40)
Estas son las palabras que nos inspiraron y todavía nos inspiran para organizar y mantener una feria de caridad previa a la Pascua.
Desde febrero, por tercer año consecutivo, nos hemos reunido en Kiev cada sábado para pintar huevos de Pascua de madera de acuerdo con la tradición ucraniana (y este año también eslovaca), a hacer tarjetas bordadas y, durante las dos últimas semanas de Cuaresma, a hornear y decorar galletas. Para nosotros, los voluntarios, estas reuniones son un alegre servicio pues, al comprometer nuestro tiempo y talentos, podemos servir a nuestros hermanos y hermanas que se encuentran en situaciones difíciles. Durante estas reuniones se aprende a compartir el calor y la amabilidad y a comunicarse con los demás. El ejemplo de las Hermanas de María de la Medalla Milagrosa, los Misioneros Paúles «nos enciende». Mirando su trabajo, su servicio a los necesitados, sencillamente no se puede permanecer indiferentes y se comienza a ayudarles.
Durante el Año Jubilar de la Misericordia, voluntarios de Kiev fueron a un centro de rehabilitación para mujeres en Odessa para instruirlas en la manera de hacer huevos de Pascua bien decorados. Así, con nuestros esfuerzos conjuntos, pudimos hacer más huevos decorados, de manera que todo el que quisiese comprar estas bellezas pudiese hacerlo. Parte de los fondos y las donaciones recaudadas en la Feria de la Caridad se dedica a mantener en marcha del Centro de Rehabilitación de Odessa (tanto para hombres y mujeres), a cargo de los Misioneros Paúles e Hijas de la Caridad (de la organización «Comunidad en Diálogo»). Los fondos recaudados se utilizaron también para las necesidades de nuestros socios de Cáritas Spes y para las personas pobres, sin hogar y solas, bajo el cuidado de la Familia Vicenciana.
Nos gustaría dar las gracias a los párrocos, por permitirnos celebrar la Feria de Caridad de Pascua en sus iglesias, así como a todos aquellos que oraron por nosotros, que nos ayudaron con los adornos de la feria, que asistieron a la misma, que compraron nuestros productos y que donaron dinero.
Y a todos vosotros, ¡que el Señor recompense vuestros amables corazones!
Voluntarios de la Familia Vicenciana
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