Rom 11,1-2,11-12.25-29; Sal 93; Lc 14,1.7-11.
“El que se ensalza será humillado”
El Evangelio de hoy y la carta a los Romanos son una invitación a la humildad, a la esperanza, a la conversión y a la unidad con otros. ¡Invitación para nosotros hoy!
En nuestro mundo parece que ya nada es pecado, de ahí la invitación constante al egoísmo, a aprovecharse del otro, la autosuficiencia, la desesperanza, la vida sin sentido, lo inmediato, lo desechable, compromisos a corto plazo… Es propio del pecado no reconocerse como pecado. Las tinieblas presumen de ser luz.
Frente a la tendencia a buscar siempre los primeros lugares, los lugares donde nos puedan ver, donde luzcamos mejor… lo que el Señor ha enseñado, es buscar los mejores lugares a los ojos de Dios, los que nos van a llevar al Reino. El más grande es el que se pone al servicio de los demás.
En la carta a los Romanos, nos dice: “desde el punto de vista de la elección son amados… Porque los dones y la llamada de Dios son irrevocables”. Eres una persona única, eres amada por Dios, él te sigue abrazando en su alianza salvadora, en el amor extremo del costado abierto de Jesucristo. ¿Hay algún lugar mejor para responder al amor con el amor?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: María Elena Quiñonez, H.C.
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