XXXIX Semana de Estudios Vicencianos en Salamanca (España)

por | Jul 14, 2015 | Formación | 0 Comentarios

Del 29 de junio al 4 de julio de 2015, en nuestra casa de Santa Marta de Tormes (Salamanca), nos hemos reunido 200 personas, Hijas de la Caridad, misioneros paúles (un grupo de las Provincias de Salamanca y Barcelona, y estudiantes) y algunos laicos,  para reflexionar, estudiar, rememorar, profundizar en nuestro ser de vicencianos, siguiendo las directrices de LA CARTA APOSTÓLICA DEL SANTO PADRE FRANCISCO con ocasión del año de la Vida Consagrada.

Los objetivos que en ese texto se nos propone:

  1. El primer objetivo es mirar al pasado con gratitud. Cada Instituto viene de una rica historia carismática. En sus orígenes se hace presente la acción de Dios que, en su Espíritu, llama a algunas personas a seguir de cerca a Cristo, para traducir el Evangelio en una particular forma de vida.
  2. Este Año nos llama también a vivir el presente con pasión. La memoria agradecida del pasado nos impulsa, escuchando atentamente lo que el Espíritu dice a la Iglesia de hoy, a poner en práctica de manera cada vez más profunda los aspectos constitutivos de nuestra vida consagrada.
  3. Abrazar el futuro con esperanza quiere ser el tercer objetivo de este Año. La esperanza de la que hablamos no se basa en los números o en las obras, sino en aquel en quien hemos puesto nuestra confianza (cf. 2 Tm 1, 12) y para quien “nada es imposible” (Lc 1, 37).

Miguel Pérez Flores decía: “Con frecuencia me pregunto si los miembros de la Congregación de la Misión se han percatado de los cambios que se han introducido en nuestras Constituciones en lo que se refiere a la espiritualidad, al apostolado, a la vida comunitaria, a los principios de gobierno” (Historia del Derecho de la C. M., p. 338).

Estos fueron nuestros objetivos al organizar esta Semana Vicenciana del año 2015. Y creo que se consiguió.

La primera parte consistió en una introducción del tema. “El significado del Año de la vida consagrada”, a cargo de Mons. José Rodríguez Carballo, fue el punto de partida. Conferencia brillante en donde las haya.

“El futuro de la vida consagrada” estuvo a cargo de Nurya Martínez-Gayol, una ponencia llena de elegancia y finura, con imágenes brillantes de tipo evangélico. Muy atrayente.

No podía faltar el “sentido eclesial de las Sociedades de Vida Apostólica”, canon 731. Teodoro  Bahillo Ruiz, claretiano, profesor de la Universidad de Comillas, especialista en el tema, nos desmenuzó los elementos de este canon que tantas opiniones divergentes ha provocado, canon que, según algún autor, fue incluido para aclarar la condición de las Hijas de la Caridad en la Iglesia.

La segunda parte comenzó por definición de nuestra índole, según Vicente de Paúl: “estado de caridad”. Sor Cristina Calero, de una manera reflexiva, meditativa, profunda, fue describiendo lo que el estado de caridad significa para cualquier vicenciano.

Del mismo modo, Sor Carmen Urrizburu nos descifró el significado de consagración en los escritos de la santa fundadora, poniendo de relieve las consecuencias para la vida actual de una Hija de la Caridad.

Fernando Quintano, como él sabe hacerlo, describió de manera magistral, la consagración de la Hija de la Caridad.

Del mismo modo, Nelio Pita Pereira lo hizo con la consagración en la Congregación de la Misión, haciendo un recorrido desde el fundador hasta nuestros días.

La autoridad del Superior General sobre la Compañía de las Hijas de la Caridad es una institución singular. La descripción del largo recorrido de esa autoridad, desde la intuición y de la persistencia de la santa fundadora hasta nuestros días, la realizó  Santiago Azcárate, el cual, tema que toma entre manos, lo estudió exhaustivamente.

Una tercera parte se dio inicio con una ponencia sobre el “fin apostólico”, elemento clave para entender el ser del vicenciano, a cargo de Alberto Vernaschi: todo en nuestra vida y acción está ordenado y dirigido por el fin apostólico: misión, servicio, comunidad, etc. Vernaschi es un gran conocedor de nuestra condición canónica en la Iglesia.

“Ambas Compañías han sido fieles, a lo largo de la historia, a las intuiciones de nuestros fundadores”, ponencia que estuvo a cargo de Juan Corpus Delgado. Largo, pero brillante, como suele hacerlo Corpus.

La vida fraterna tiene una relación muy directa con la consagración: sentido, originalidad, teología… de nuestra comunidad, ponencia pronunciada con vitalidad, energía y con hondura por José Manuel Villar Suárez.

Y Fernando Quintano remata esta tercera parte con el “sentido secular de la compañía de las Hijas de la Caridad”. Su ponencia será un punto de referencia.

Una cuarta parte de estas jornadas vicencianas se inició con “la aportación del carisma vicenciano a la misión de la Iglesia”. Juan Corpus nos describió 10 aportaciones. Merece la pena estudiarlas. Se podrán leer y meditar en la edición del libro de esta semana.

Salvatore Farí, misionero paúl italiano, nos hizo una lectura vicenciana de la Evangelii Gaudium. Maravilló por la alegría juvenil, por la pasión en el decir, por la profundidad del contenido. Un éxito. Como fue éxito la comunicación de Antonio Ruiz sobre el documento ESCRUTAD: equilibrio, serenidad, buen decir. Y el colofón estuvo a cargo de tres Hijas de la Caridad de España-Sur: una médico, Sor María Trinidad,  una matemática, Sor María Purificación,  y una tercera experta en informática, Sor Isabel María. Durante cuarenta minutos, cada una, desde su experiencia, servicio con los enfermos de sida, dirección de un colegio, juventud, nos expusieron los frutos de una lectura reposada del Documento ALEGRAOS. Un hermoso colofón a la Semana Vicenciana. Gracias.

José Manuel Sánchez Mallo, C. M.
Fuente:misionerospaules.org

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