Por: Sor Raffaella Spiezio HC. Tomado de: Nuntia, enero de 2015.
Desde hace algunos años, un grupo de jóvenes italianos acompañados por el padre Francesco Gusmeroli, CM y Suor Raffaella Spiezio HC, vienen realizando una misión en Eritrea; la más reciente fue en el mes de septiembre pasado.
Más allá de haber sido una experiencia práctica, en el sentido de la realización de proyectos, la misión es una experiencia espiritual, llena de oración, de presencia de Dios y del encuentro con el otro en la vivencia comunitaria. Este año, la misión nos ha interrogado y nos ha tocado profundamente.
El tiempo de la misión es un ‘tempo forte’, un momento privilegiado, favorecido y elegido, en el cual se puede hacer un alto en la vida y observarla, orar y volver a equilibrar la propia vida en Dios, abriéndose a la novedad que trae nos cada día; partiendo del encuentro con los otros, en el modificar el estilo de vida, en el testimoniar la vida con el Evangelio y todo aquello que ha dejado la experiencia misionera.
La misión se convierte en un espacio de vivencia de la fe: desde los momentos de oración hasta los encuentro con el pueblo eritreo, que permite tocar una historia de fe fuerte, una fe que interroga y estimula.
En las aldeas cercanas, cada día se abre y se cierra en la presencia de Dios. Ya antes del alba, hacía las cuatro de la mañana, suenan las campanas y las personas se reúnen en la Iglesia para la oración o la misa, antes de llevar al campo los animales. A pesar de las numerosas dificultades de la vida, la falta de bienes materiales y muchas veces incluso el alimento, el pueblo eritreo tiene una enorme dignidad, sufre pero no se desanima, mientras más sufre, más confía en Dios. “Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros, pero vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?” […] “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura” (Mt 6, 26.33)
El contacto con el pueblo eritreo permite aprender que se tiene de todo, pero no se tiene nada. En cambio de estar tranquilos, siempre se está preocupado por algo.
Desde hace ya casi 10 años y en el intento de compartir lo poco que tienen, las Hijas de la Caridad y los padres vicencianos que viven en la misión de Eritrea, han permitido a los jóvenes de la pastoral juvenil vicenciana vivir esta experiencia misionera cada año. Con esto se buscan que los jóvenes desde su propia vida, acompañen los sufrimientos del pueblo eritreo. Las imágenes que comúnmente se ven allí, son las de jóvenes subidos a una barcaza, mirando hacia Europa, Italia, soñando que allí, ellos podrán olvidar los sufrimientos vividos en su propio país.
En este “hacerse prójimo” han nacido numerosos proyectos de sostenimiento; por ejemplo, la construcción de pozos y cisternas para recolectar agua lluvia, proyectos alimenticios contra la carestía y la malnutrición, sostenimiento de un orfanato y también proyectos de formación para jóvenes, así como apoyo a la infancia, en escuelas de primaria y secundaria.
En efecto, la experiencia misionera no ha quedado solo allí, se ha logrado la financiación de muchos proyectos en bien de los pobres de Eritrea. Después de la misión, se inició la búsqueda de recursos para seguir apoyando los proyectos, la iniciativa ha consistido en un CD, que se ha producido con el apoyo de la Parroquia del Sagrado Corazón de Grosseto. Es un CD musical que contiene una canción en la que cantan los niños de Eritrea alternando con las voces de los misioneros y otras personas. La canción se llama “Despertaremos el mundo”, inspirados en las palabras del Papa Francisco dirigida a los jóvenes; la pregunta fundamental que se hacen los misioneros, de frente a la pobreza y a las injusticias del mundo es: ¿será posible, despertar el mundo?
Hace aproximadamente tres meses que el equipo misionero regresó del viaje de misión en Eritrea y gracias a la experiencia vivida, el entusiasmo y la gratitud han permitido en estos meses, hacer «pequeñas y grandes cosas» para las misiones en Eritrea. El CD «Despertar al mundo» ha suscitado mucho interés y mucha gente se ha implicado, por lo que se ha podido vender muchos CD y se ha recolectado, por su venta, 5.935 EUR, y en otras actividades,10.370 euros.
El jueves 15 de enero, junto con la Asociación Chebi, de Prato Italia, con quienes trabajan hace tiempo, enviaron un conteiner de 40 pies, cargado de medicinas y material sanitario para la clínica de las misiones de las Hijas de la Caridad. Además, en vista de que no es fácil enviar material, se aprovechó para enviar cinco paneles solares para tres misiones. 2 comunidades en Asmara (Casa Provincial y comunidad de formación de Embagagliano) y la escuela de Dekamerè.
La última de las actividades del mes de enero ha sido una cena-testimonio en Livorno el 24 de enero para compartir con los asistentes lo vivido hasta hoy y los proyectos que se tienen.
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