Luego de un fin de semana de paseo y descanso, damos inicio a esta segunda semana de estudios con la eucaristía presidida hoy por el P. Adriano Sousa, de la provincia de Fortaleza.
Después del desayuno nos reunimos una vez más para iniciar el trabajo de hoy con la ponencia: “El Perfil del acompañante espiritual vicentino”. El ponente de hoy es el P. Marlio Nasayó, C.M., formador del Seminario de filosofía SEPAVI en Medellín.
El P. Marlio propone 3 aspectos para la reflexión:
I. Aclaración de conceptos: Perfil – Acompañante– Vicentino
II. Características esenciales para un asesor vicentino:
a. Persona con profunda experiencia de Dios: La experiencia religiosa, no es algo puramente sentimental o emotivo.
b. Persona identificada con Cristo Evangelizador de los pobres: para un vicentino Nuestro Señor Jesucristo ha de ser el centro absoluto de su vida.
c. Persona con firme y convencido sentido de pertenencia a la vocación vicentina: prima el sentido de pertenencia, nuestra identidad de vicentinos, el amor a San Vicente, a la Comunidad y a las familias que beben de su espíritu y vida.
d. Un hondo sentido de Iglesia: a cincuenta años del Concilio Vaticano II, falta conocer más las grandes riquezas de la “Lumen Gentium” que invita a la Iglesia al diálogo con el mundo y ponerse al día con él. Pasamos de una Iglesia jerárquica, piramidal, a una Iglesia Pueblo de Dios.
e. Persona que se esfuerza por leer la voluntad de Dios en los “signos de los tiempos”: cuánto necesitamos tener ojos y corazones nuevos para ver y sentir qué nos está pidiendo el Señor hoy y con San Vicente preguntarnos: “Señor, si estuvieras en mi lugar, ¿qué harías en esta ocasión?”
f. La vivencia alegre de las cinco virtudes vicentinas: para nosotros los misioneros Vicentinos, San Vicente nos dejó las 5 virtudes, que son por excelencia virtudes para el crecimiento del mismo misionero y para el desarrollo eficaz de la evangelización de los pobres; son por lo mismo virtudes apostólicas.
g. Persona que siente la obligación y la urgencia de formarse permanentemente y continuamente: la formación es cuestión de justicia para los pobres a quienes hay que evangelizar y a las personas a quienes tenemos la misión de orientar en el apostolado de asesoramiento.
h. Persona abierta al mundo, a lo social y a lo político: un acompañante vicentino, no puede ser inferior a la vida y al quehacer del Fundador y como él ayudar a formar en quienes asesora, con una mentalidad y un trabajo como él lo hizo y como nos lo pide el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium.
III. Tareas:
Reflexionando en lo anterior, se necesita un cause concreto para que lo haga realidad personal, comunitaria y social. Se sugieren estas propuestas de trabajo que pueden hacer que esta reflexión sea vida de nuestra vida:
a. El “acompañante” como compañero de camino.
b. La actividad misionera.
c. La pastoral vocacional.
d. El carisma propio de San Vicente de Paúl.
e. La Esperanza.
El ponente termina su intervención invitándonos a tener confianza en el Plan de Dios y con humidad contribuir a ese plan trabajando como lo hicieron San Agustín y San Vicente respectivamente: “haz las cosas como si todo dependiera de ti y confía en el resultado como si dependiera de Dios”, “hagamos las cosas de Dios que él hará las nuestras”.
Luego del receso para la merienda nos reunimos por grupos para desarrollar las siguientes preguntas dejadas por el ponente:
- ¿Cómo se está viviendo en su provincia el papel del acompañante vicentino?
- ¿Qué aspectos de los expuestos valdría la pena acentuar en la realidad vicentina en América Latina en el acompañamiento espiritual vicentino?
- ¿Qué elementos creen que faltan para completar el perfil del asesor en el campo vicentino?
Al medio día, durante el almuerzo, aprovechamos para celebrar fraternalmente el cumpleaños del Padre Manuel Botet, de la provincia de Barcelona, y misionero en Honduras. Luego de esta sencilla celebración y del descanso de medio día nos reuniremos en la tarde en plenaria para socializar las respuestas de los grupos a las inquietudes dejadas por el P. Marlio. De esta manera daremos por terminado el trabajo de hoy
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