Isaías 19,19-25: Les enviará un salvador
Salmo 139, 1-12: ¿A dónde iré lejos de tu espíritu?
1 Corintios 12,12-26: Cuando un miembro sufre (…), cuando recibe una especial distinción
Marcos 9, 38-41: El que no está contra nosotros, está a nuestro favor
Tres puntos para la reflexión
Isaías imaginó un día en que egipcios y asirios adorarían a Dios junto con Israel, como su pueblo. La unidad de los cristianos está ligada al designio de Dios de la unidad de toda la humanidad y, en definitiva, de la unidad de todo el cosmos. Oramos por el día en que adoraremos todos juntos, unidos en una misma fe y una misma comunión eucarística.
Estamos bendecidos por los dones de las distintas tradiciones eclesiales. Reconocer esos dones en los demás nos empuja hacia la plena unidad visible.
Nuestro bautismo nos une como cuerpo en Cristo. Aunque valoramos nuestras Iglesias particulares, Pablo nos recuerda que todos los que invocan el nombre del Señor están con nosotros en Cristo, porque todos pertenecemos al mismo cuerpo. No hay nadie a quien podamos decir «No te necesito» (1 Co 12, 21).
Preguntas
- ¿Cuáles son los signos de “pertenecer a Cristo”?
- ¿De qué modos la expresión “pertenezco a Cristo” podría utilizarse para dividir a los cristianos en vez de unirlos?
Oración
Te damos gracias, oh Dios, porque nos bendices a todos y a cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo con los dones de tu Espíritu. Ayúdanos a que nos sostengamos los unos a los otros, a que respetemos nuestras diferencias y a que trabajemos por la unidad de los que en todo el mundo invocan a Jesús como Señor. Amén.
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