El próximo 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, tendrá lugar el lanzamiento mundial de la campaña Una sola familia humana, alimentos para todos, una iniciativa auspiciada por el Papa Francisco y realizada por la Confederación Caritas Internationalis cuyo objetivo es terminar con el hambre para el 2025.
En España, Cáritas y Manos Unidas han decidido sumar sus esfuerzos y colaborar de manera fraterna en la puesta en marcha de la misma a nivel nacional.
Para ello, el 10 de diciembre se celebrará en Madrid un acto público de presentación y lanzamiento oficial de la campaña, en el que intervendrán los obispos responsables de Cáritas y Manos Unidas, monseñor Alfonso Miliány monseñor Juan José Omella, respectivamente.
A las 12 de la mañana, y tras el acto de presentación, Cáritas Española y Manos Unidas se sumarán a la Ola Mundial de Oración convocada por Cáritas Internationalis y que recorrerá todo el planeta a lo largo de la jornada, en convocatorias similares organizadas en cada país por las respectivas Cáritas nacionales.
La implementación del derecho a la alimentación en los países en los que no está garantizado es una medida fundamental para eliminar el hambre en el mundo. Para ello, dentro de la Campaña se elaborará un anteproyecto de ley para promover el derecho a la alimentación, que será remitido a los Gobiernos nacionales de cada país para que lo adopten. En el marco de la campaña, además, se abogará también ante las Naciones Unidas para conseguir la realización de una sesión sobre el derecho a la alimentación durante la Asamblea General de 2015.
Dentro de cada país, se identificarán una serie de objetivos nacionales que aborden los temas de la pobreza en sus respectivos territorios, como, por ejemplo, el desperdicio de la comida y la promoción de la horticultura, o realizando acciones de incidencia ante los propios Gobiernos.
La campaña Una sola familia humana, alimentos para todos se basa en el principio de que cualquier cambio real debe originarse primero y sobre todo en nosotros mismos y en nuestra capacidad de ver el rostro de Jesús en quienes padecen hambre. Cuando empezamos a buscar profundamente, en nosotros mismos, nuestro sentir sobre los temas vinculados al hambre, tanto en casa como fuera, nos damos cuenta que solo trabajando como una sola familia humana, con espíritu de compasión y unidad, podremos finalmente poner fin a una grave injusticia: que habiendo alimentos suficientes en el mundo, la gente todavía pase hambre.
Tomado de la web de Manos Unidas
0 comentarios