Oxfam Intermon, una destacada organización humanitaria conocida por su labor en la lucha contra la desigualdad y la pobreza a nivel mundial, publicó su informe 2024 el 23 de septiembre, revelando un panorama alarmante de la desigualdad económica. El informe, titulado «Multilateralismo en una era de oligarquía global», destaca cómo los ultrarricos y las megacorporaciones continúan minando los esfuerzos hacia la justicia y cooperación global.
Oxfam Intermon, parte de la red internacional de Oxfam, opera en más de 90 países, abarcando una amplia gama de temas como la ayuda humanitaria, la acción climática, los derechos de las mujeres y la justicia económica. Con décadas de experiencia, desafían las estructuras de poder que perpetúan la pobreza, abogando por una distribución más equitativa de la riqueza y los recursos. Los informes de Oxfam sirven como herramientas clave para concienciar sobre la desigualdad global e impulsar cambios a través de recomendaciones políticas y abogacía.
Las cifras alarmantes: Concentración de riqueza y desigualdad
El informe de 2024 expone una concentración de riqueza muy marcada: el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 95% de la población más pobre. Este desequilibrio, impulsado principalmente por la monopolización empresarial y políticas económicas que favorecen a los ricos, tiene un impacto profundo en la gobernanza global y el multilateralismo. Por ejemplo, más de un tercio de las 50 principales corporaciones del mundo, valoradas en 13,3 billones de dólares, están controladas por milmillonarios. Además, el Sur Global, que alberga al 79% de la población mundial, posee solo el 31% de la riqueza global.
Estas cifras no solo reflejan el crecimiento de la desigualdad, sino también cómo esta desigualdad socava los esfuerzos globales para abordar problemas críticos como el cambio climático, la justicia fiscal y la respuesta a pandemias. Las grandes corporaciones y los individuos ultrarricos ejercen una influencia desproporcionada sobre las decisiones políticas, lo que a menudo frena reformas que beneficiarían a la población en general.
Reflexiones sobre el papel de las ONG
Las ONG, como Oxfam, desempeñan un papel crucial en la promoción de cambios estructurales que puedan reducir la desigualdad. El llamamiento de Oxfam a un nuevo marco fiscal global, la cancelación de deudas soberanas y la revisión de las normas de propiedad intelectual es un paso audaz hacia la corrección de estos desequilibrios sistémicos. El enfoque en empoderar a los países del Sur Global, muchos de los cuales sufren de manera desproporcionada estas desigualdades, es especialmente relevante.
Para organizaciones como la Familia Vicenciana, que también trabaja para aliviar la pobreza y promover la justicia social, este informe es un llamamiento a una mayor abogacía y mobilización a nivel local y global. La misión vicenciana de servicio a los pobres se alinea estrechamente con los objetivos de Oxfam. Integrar los hallazgos del informe en su trabajo diario permitirá a la Familia Vicenciana:
- Abogar por políticas económicas justas: Apoyar iniciativas que promuevan la justicia fiscal y la redistribución de la riqueza sería una forma poderosa de abordar las injusticias económicas. La Familia Vicenciana puede trabajar en niveles locales y globales para influir en políticas que reduzcan la desigualdad.
- Centrarse en el Sur Global: Muchas misiones vicencianas operan en regiones gravemente afectadas por las disparidades de riqueza, como África y América Latina. Proporcionar educación, atención sanitaria y oportunidades económicas en estas regiones combate directamente las desigualdades destacadas en el informe.
- Promover la solidaridad y la acción multilateral: Los vicencianos pueden amplificar su abogacía uniéndose a coaliciones más amplias de ONG que promueven la cooperación internacional en temas como la reforma fiscal, la justicia climática y la cancelación de la deuda. Una voz unificada de organizaciones basadas en la fe puede fortalecer el movimiento global por la equidad social.
El informe de Oxfam Intermon subraya la urgente necesidad de un cambio sistémico para combatir la desigualdad global. Ofrece un camino a seguir tanto para los responsables de políticas como para la sociedad civil, proponiendo pasos concretos para abordar la concentración de la riqueza y el poder. Para la Familia Vicenciana, esta es una oportunidad para profundizar su compromiso con los pobres y trabajar por un mundo más justo y equitativo, tanto a través de la acción directa como de la abogacía en el ámbito global. Como señala el informe, el cambio es posible, pero requiere un esfuerzo colectivo y una actuación audaz.
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