Fundada en 1652 bajo el patrocinio de Saint Chaumond, obispo de Lyon del siglo VII, la Union-Chrétienne de Saint Chaumond ha sobrevivido a los siglos manteniéndose fiel a su misión original: la educación de los jóvenes en todos los ámbitos de su persona, tanto humanos como intelectuales y espirituales. Este instituto religioso de derecho pontificio, inspirado en la espiritualidad de la escuela francesa de teología, hunde sus raíces en la obra de San Vicente de Paúl y de la venerable Madame de Pollalion.
Los fundadores: San Vicente de Paúl y Madame de Pollalion
San Vicente de Paúl, nacido el 24 de abril de 1581 en Pouy, cerca de Dax, es una figura emblemática del catolicismo francés. Ordenado sacerdote a los 20 años, vivió muchas peripecias, entre ellas un cautiverio en Túnez que marcó profundamente su vocación. A su regreso a Francia, se trasladó a París en 1609 y trabajó a las órdenes del cardenal de Bérulle.
En 1625, fundó la Congregación de la Misión, conocida en francia como Lazaristas, para predicar en las parroquias rurales. Ocho años más tarde, fundó las Hijas de la Caridad, dedicadas a obras de caridad. San Vicente también se dedicó a la formación de sacerdotes y a la educación de jóvenes con dificultades. En 1630, conoció a Madame de Pollalion, notable mujer de caridad, con la que fundó la Union-Chrétienne.
Marie Lumague, conocida como Madame de Pollalion, nació en París en 1599. Tras un matrimonio bendecido con una hija y marcado por la pérdida de su marido, se dedicó por entero a las obras de caridad, ingresando en 1629 en la Tercera Orden de Santo Domingo y en las Damas de la Caridad. Preocupada por la situación de las jóvenes pobres en riesgo de prostitución, funda con la ayuda de San Vicente de Paúl el Hospital de la Piedad, que se convierte en la primera Casa de la Providencia.
En 1648, San Vicente y Madame de Pollalion reunieron a un grupo de siete jóvenes para dedicarse a la educación de las niñas. Cuatro años más tarde, en 1652, este grupo dio origen a la Union-Chrétienne, una congregación dedicada a la educación y la formación espiritual. Madame de Pollalion, cuya fe en la Divina Providencia era inquebrantable, murió en París en 1657.
El patrimonio espiritual y misionero de la Union-Chrétienne
La Union-Chrétienne de Saint Chaumond se funda en una espiritualidad heredada de la escuela francesa, encarnada por el Cardenal de Bérulle y Monsieur Olier. Esta espiritualidad se centra en la imitación de la vida de Jesucristo, con especial atención a la unión fraterna y a la caridad mutua, principios fundamentales para los miembros del Instituto.
Las religiosas de la Union-Chrétienne hacen voto de observar los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, y añaden un cuarto voto de Unión. Este voto, específico de su carisma, las compromete a permanecer unidas entre sí, dando testimonio de su amor a Jesucristo a través de su vida comunitaria y apostólica. Esta unión está en el corazón de su misión educativa, que se extiende más allá de las fronteras de Francia.
Bajo la influencia de la Madre Cécile Devrièse, reconocida como la segunda Fundadora del Instituto, la Union-Chrétienne conoció un renacimiento en el siglo XX. Nacida en Lille en 1894, Madre Cécile desarrolló una vocación misionera en su adolescencia. Entró en la comunidad en 1918, fue elegida Superiora en 1929 y trabajó incansablemente para revitalizar el Instituto, redescubriendo sus raíces históricas y espirituales.
Gracias a su celo misionero, la Madre Cécile multiplicó el número de fundaciones en Francia y extendió la obra de la Union-Chrétienne al extranjero, en España, Portugal y Estados Unidos. Bajo su impulso, el Instituto pasó de ser una comunidad principalmente francesa a una organización internacional, cumpliendo así el deseo de Madame de Pollalion de llevar la caridad a todo el mundo. Madre Cécile, modelo de fe y dedicación, falleció en 1978 tras 50 años de servicio como Superiora.
El Instituto a través de la historia: de la Revolución Francesa a la expansión internacional
Desde su fundación en 1652, Union-Chrétienne ha pasado por muchas pruebas, especialmente durante la Revolución Francesa. En esa época, se cerraron todas las Casas, se dispersaron las religiosas y se vendieron las propiedades del Instituto. A pesar de estos desafíos, el Instituto consiguió restablecerse en Poitiers bajo la dirección de la Madre Bardon de Lataillée. En 1802, Poitiers se convierte en la Casa Madre y la labor de enseñanza se reanuda con éxito.
El Instituto continuó su expansión a lo largo del siglo XIX, a pesar de un complejo contexto sociopolítico. En el siglo XX, bajo la dirección de la Madre Cécile Devrièse, el Instituto experimenta un nuevo crecimiento con la apertura de numerosas nuevas Casas en Francia y en el extranjero.
Hoy, la Union-Chrétienne de Saint Chaumond está presente en Francia, España, Portugal y Estados Unidos, donde sigue dedicándose a la educación y formación espiritual de los jóvenes. Su carisma de Unión, expresado en su propio nombre, sigue estando en el centro de su misión.
El carisma de la Union-Chrétienne: unión y educación
El carisma específico de la Union-Chrétienne es el de la Unión. Este carisma se manifiesta a través de la unión de las hermanas entre sí, pero también en su unión con Jesucristo. Esta unión es el fundamento de su vida comunitaria y apostólica, y guía su misión educativa. Las hermanas de Union-Chrétienne se comprometen a vivir según los consejos evangélicos, cultivando un gran amor a la presencia de Jesús Sacramentado y practicando el abandono en la Divina Providencia.
El Instituto, nacido de la Contrarreforma del Concilio de Trento, se inscribe en la línea de la espiritualidad francesa, que recomienda imitar la vida de Jesucristo. Las religiosas se esfuerzan por seguir este ideal a través de su compromiso diario con la educación cristiana y la instrucción de los jóvenes.
Una visión profética del futuro
Uno de los aspectos más notables de la historia de la Union-Chrétienne es el sueño profético de Madame de Pollalion. En esta visión, vio un gran campo, unido al cielo por cuatro cadenas doradas, que simbolizaba el Instituto y su unión con Dios. Bajo este campo, un mar tempestuoso representaba el mundo y sus pruebas, mientras que las espigas llenas de piedras preciosas simbolizaban a las hermanas y su misión de salvar almas. Esta visión profética predijo las dificultades y los retos a los que se enfrentaría el Instituto, pero también la protección divina que lo sostendría a lo largo de los siglos.
Esta visión sigue inspirando a las monjas de la Union-Chrétienne en su misión. Ellas ven su compromiso como una respuesta a la llamada de Dios a trabajar por la salvación de las almas, permaneciendo unidas entre sí y con Jesucristo. Este carisma de la Unión, fundado en una profunda vida de oración y devoción a la Divina Providencia, guía su apostolado en las escuelas que dirigen en Francia y en el extranjero.
Conclusión: un patrimonio vivo
El Institut de l’Union-Chrétienne de Saint Chaumond, fundado hace más de tres siglos, sigue siendo un actor importante de la educación cristiana en todo el mundo. Fieles al espíritu de sus fundadoras, las hermanas siguen comprometiéndose con celo y dedicación en su misión educativa, tanto en Francia como en el extranjero. Su historia es un testimonio vivo de la fuerza de la fe y de la perseverancia frente a los desafíos de nuestro tiempo.
Hoy en día, Union-Chrétienne sigue respondiendo a las necesidades de la Iglesia y de la sociedad, formando a los jóvenes para que lleguen a ser no sólo ciudadanos ilustrados, sino también cristianos comprometidos. Sus escuelas, fundadas en los principios de caridad, respeto y piedad, proporcionan un entorno propicio para el desarrollo espiritual e intelectual de los alumnos, perpetuando así la obra iniciada por San Vicente de Paúl y Madame de Pollalion.
Contacto:
- Dirección: 9 rue de la Mauvinière, F 86000 Poitiers, Francia
- Teléfono: +33 (0) 5 49 41 32 59
- Email: union-chretienne.st-chaumond@orange.fr
- Web: https://www.unionchretienne.org/
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