En 1950, la Organización de las Naciones Unidas creó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), organismo encargado de proteger y ayudar a los seres humanos que se encuentran en esta situación. La definición de refugiado incluye también a los apátridas, repatriados, asilados y desplazados internos (dentro de su propio país). Por su meritoria labor humanitaria, ACNUR ha sido galardonado con el Premio Nobel de la Paz en dos ocasiones (1954 y 1981). Para reforzar aún más la importancia de esta cuestión, las Naciones Unidas establecieron, mediante la Resolución 55/2000, el DÍA MUNDIAL DEL REFUGIADO, que se celebra el 20 de junio de cada año.
En la actualidad, 120 millones de personas de todo el mundo viven diversas situaciones por las que se han visto obligadas a abandonar sus hogares, dejando sus países de origen. Nunca antes esta cifra había sido tan alta en la historia de la humanidad. Las razones por las que las personas abandonan su patria son diversas: persecución (política o religiosa), conflictos y guerras, violencia y terrorismo, violaciones de los derechos humanos y las libertades, catástrofes naturales u otros factores que ponen en peligro la dignidad de la persona humana. Los informes y estadísticas más actualizados sobre la grave situación de los refugiados en el mundo, pueden consultarse en la web del ACNUR ( www.acnur.org ).
El tema de este año para el Día Mundial de los Refugiados es “Proteger a las personas desplazadas por el cambio climático”. Mucho más que hablar del tema, se trata de encontrar soluciones concretas y duraderas para paliar las consecuencias de esta tragedia social. Los refugiados buscan mejores condiciones para ellos y sus familias. Pero en su nuevo país también sufren la indiferencia y los prejuicios, las diferencias culturales y lingüísticas, las carencias materiales, la falta de empleo y las enormes exigencias burocráticas. Por ello, los refugiados necesitan todo el apoyo posible, especialmente de los gobiernos y de la sociedad civil en general, para integrarse mejor en su nueva realidad. Los grupos de población que resultan más afectados son los niños, las mujeres, los ancianos y los discapacitados.
En este sentido, las Conferencias Vicentinas ejercen un papel fundamental en la acogida y en la adaptación digna de estos refugiados, proporcionándoles todo lo que necesiten, no sólo en el ámbito material, sino sobre todo en lo que concierne al apoyo emocional, psicológico y espiritual. Las Conferencias pueden y deben establecer programas de ayuda a los refugiados y migrantes, definiendo objetivos y acciones concretas.
La Santa Iglesia dedica también un día especial a los refugiados y migrantes: el 29 de septiembre (cerca de la fiesta de San Vicente de Paúl). El mensaje del Santo Padre sobre el tema ya está disponible en la página web del Vaticano. El tema de este año será: “Dios camina con su pueblo”. En el texto, el Papa Francisco recuerda que todos nosotros, pueblo de Dios, somos emigrantes en esta tierra, en camino hacia la “verdadera patria”, el Reino de los Cielos.
Recordemos siempre que Jesús fue un refugiado, cuando la Sagrada Familia se vio obligada a huir a Egipto para escapar de la implacable persecución de Herodes (Mateo 2, 13-23). Y no debemos olvidar que el propio Salvador mostró su misericordia y compasión hacia los emigrantes y refugiados: “Fui forastero y me acogisteis”, (Mateo 25, 35b).
Comisión de las Naciones Unidas
Consejo General Internacional
Para más información, consulte aquí:
- www.un.org/en/observances/refugee-day
- www.humandevelopment.va/en/news/2024/giornata-mondiale-migrante-e-rifugiato-2024-tema-messaggio-papa.html
Fuente: https://www.ssvpglobal.org/
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