Alimento para el alma: Fragilidad

por | Jun 10, 2024 | Formación, Reflexiones | 0 comentarios

LOS PROBLEMAS QUE ENFRENTAMOS HOY NO PUEDEN SER RESUELTOS CON LOS MISMOS NIVELES DE PENSAMIENTO QUE USÁBAMOS CUANDO LOS CREAMOS.

ALBERT EINSTEIN

¿Has vivido recientemente uno de esos momentos en los que la vida tiene que detenerse? Ya sabes, esos días o semanas provocados por las lesiones, la enfermedad o la muerte de un ser querido.

Esos momentos de la vida nos obligan a reevaluar, a mirar de otra manera, a hacer una pausa y recuperar el aliento o a definir nuestras prioridades. La mayoría de las veces no elegimos estas cosas, pero hay que afrontarlas como parte del viaje de la vida. Cada vez que te enfrentas a uno de estos momentos te das cuenta de lo profundamente frágil que es tu vida. Claro, podemos elegir no mostrar emociones, aprender a no preocuparnos, podemos elegir mantener a la gente a distancia y tener el control en la medida de lo posible. Pero hay una alternativa.

Tener control sobre estas situaciones se asemeja a un cierto tipo de fortaleza. Es una fuerza auténtica y verdadera, lo cual es bueno. Pero si somos honestos con nosotros mismos, tú y yo, como seres humanos, hemos sido creados a partir de los mismos elementos que constituyen los cimientos de la creación.

La ciencia nos lo dice. Somos igualmente frágiles y vulnerables, a la vez que resistentes e inteligentes.

Nuestra fragilidad queda al descubierto cuando algo nos sacude hasta la médula. Queda al descubierto cómo afrontamos las cosas, cómo expresamos nuestro dolor, con qué paciencia esperamos, cómo respondemos, cómo empleamos nuestro tiempo, cómo tratamos a los demás y cómo nos comunicamos con Dios. La fortaleza es más auténtica y eficaz cuando primero podemos reconocer y admitir nuestras debilidades.

Ser conscientes de nuestras propias vulnerabilidades y debilidades nos permite tener una mayor conciencia de nosotros mismos y, por tanto, nos ayuda a comprender a quienes nos rodean. Si puedes reconocer esto en ti mismo, podrás ver las señales en los demás que puedes encontrar en tus buenas obras con la Sociedad de San Vicente de Paúl. Al tener este conocimiento de ti mismo, puedes incluso ser un ejemplo para los demás de que no pasa nada por tener momentos de fragilidad y vulnerabilidad y de que forma parte de nuestra experiencia vital.

No hay que avergonzarse de nuestra vulnerabilidad. Creemos que Dios viene a nosotros y nos encuentra en las cosas que nos suceden, a diferencia de las cosas que elegimos para nosotros mismos. Si te encuentras en un lugar que no has elegido y estás luchando por salir de él, en el silencio de tu corazón, reconoce con honestidad tu posición de vulnerabilidad y tu necesidad de ayuda. Pídele a Dios que te encuentre allí y luego escucha y observa atentamente a Dios, que es misericordia, para que te ofrezca un camino a seguir mientras trata de liberarnos.

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

  • Cuando te sientes frágil o vulnerable, ¿qué haces para superar esos sentimientos?

De: Firewood for the soul, vol. 1, A Reflexion Book for the Whole Vincentian Family
Sociedad San Vicente de Paúl, Queensland, Australia.
Texto de: Samantha Hill.

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