Lily Sumner empezó a percibir que algo no iba bien mientras regresaba a casa del colegio.
Sumner, que entonces cursaba sexto curso, se dio cuenta de que, a diferencia de ella, no todo el mundo tenía cubiertas sus necesidades básicas. Que la comunidad que la rodeaba tenía problemas. Se preguntó si podría marcar la diferencia en lugar de limitarse a pasar de largo.
«Todos los días tomábamos la misma salida para volver a casa —cuenta Sumner—. Nos paraba un indigente que sujetaba cajas de cartón y pedía dinero o algo para comer. Empecé a preguntar a mis padres: ‘¿Qué puedo hacer para ayudar?».
Sumner no estaba segura de por dónde empezar a abordar el problema de los sin techo, pero empezó poco a poco. Empezó a compartir tentempiés, como su barrita de cereales o lo que hubiera en el coche. Una vez incluso intentó vaciar la despensa de sus padres.
«Me preguntaba cómo podría estar más preparada la próxima vez que viera a alguien necesitado», añade Sumner.
Después de que su madre le sugiriera que pidiera donativos a la gente, Sumner supo que quería ayudar a la gente durante el invierno. Envió folletos a la escuela y animó a todos los alumnos y profesores a que se preocuparan por las personas con las que nos cruzamos a menudo.
«Con frecuencia no se tiene en cuenta a los sin techo, pero son seres humanos. Son personas como los demás. Creo sinceramente que todo el mundo es hijo de Dios y debe tener el mismo acceso a las necesidades básicas y a las oportunidades en esta vida. Son personas que intentan salir adelante y yo intento ponerme en su lugar».
Ahora, estudiante de tercer año de secundaria en la Mercy Academy de Louisville (Kentucky, Estados Unidos), Sumner ha visto cómo sus esfuerzos crecían y se adaptaban a lo largo de los años.
«Esto me apasiona, me preocupan los problemas de mi comunidad. Me dan escalofríos sólo de pensarlo. Sé que esto es algo para lo que estoy destinada y que me hace sentir realizada», afirma Sumner.
Sumner no lo ha hecho sola. Hace cinco años creó la organización sin ánimo de lucro Wrapped in God’s Warmth [Envueltos en la calidez de Dios], que colabora con alumnos y profesores de Mercy Academy, St. Rita Catholic School, Trinity High School y DeSales High School. Los que desean ayudar donan botellas de agua, bocadillos empaquetados, mantas, gorros, guantes y bufandas que se convierten en lo que se llaman «kits».
«Wrapped in God’s Warmth sigue creciendo gracias a la gente bondadosa de esta comunidad. Mis compañeros de clase, especialmente, me han apoyado mucho y me han ayudado en muchos aspectos a la hora de desarrollar Wrapped in God’s Warmth —añadió Sumner—. Es increíble ver cómo se une una comunidad. Es una gran bendición ayudar a quienes lo están pasando mal. Los estudiantes se dan cuenta no sólo de que hay urgencia por ayudar a los necesitados, sino también para crecer en su fe».
Este invierno, tanto alumnos como profesores donaron artículos y Sumner pudo reunir 105 kits. Cada kit venía con una etiqueta tomada de Romanos 15:13, que dice: «Que el Dios de la esperanza os llene de toda alegría y paz mientras confiáis en él, para que reboséis de esperanza por el poder del Espíritu Santo». En febrero, Sumner los llevó a la Sociedad de San Vicente de Paúl de Louisville para distribuirlos entre los necesitados.
«El trabajo de Lily con Wrapped in God’s Warmth es una expresión magnífica de cómo nuestros estudiantes siguen nuestra Misión de la Misericordia —dijo Angie Laemmle, Directora de Vida Estudiantil en Mercy Academy—. A través de la compasión y la acción, Lily encarna el espíritu de nuestra misión. Lily lideró esta campaña de apoyo a las personas sin hogar con gran liderazgo y orgullo, y a través de esto sirvió a nuestra comunidad al seguir el trabajo de nuestra fundadora, Catherine McAuley».
Sydney Grieshaber, alumna de tercer año de Mercy Academy, está muy orgullosa de su amiga:
«Creo que es estupendo que Lily lo haya hecho por sí misma —dijo Grieshaber—. Nunca he conocido a nadie que hiciera algo así, sobre todo siendo tan joven. Es increíble que se diera cuenta de que tenía la capacidad de hacer algo con respecto a un problema, no sólo hablar de él».
El año que viene, Sumner espera involucrar a todas las escuelas privadas católicas locales.
Tony Nochim
Fuente: St. Vincent de Paul Louisville website
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