LA FAMILIA NO SIEMPRE ES DE SANGRE. SON LAS PERSONAS DE TU VIDA QUE TE QUIEREN EN LA SUYA. LAS QUE TE ACEPTAN POR LO QUE ERES. LAS QUE HARÍAN CUALQUIER COSA POR VERTE SONREÍR, LAS QUE TE QUIEREN PASE LO QUE PASE.

BHAVANA SHUKLA

Mucha gente conoce la historia del Buen Samaritano. Puede que muchos estén familiarizados con la historia que ahora es sólo una historia, no algo que nos impacte o nos haga pensar más profundamente. Comienza después de que un líder judío formulara la pregunta «¿Quién es mi prójimo?». Si nos hicieran la misma pregunta, ¿cuántos de nosotros seríamos capaces de hablar de nuestro prójimo? La palabra prójimo a veces puede resultar distante. A menudo, nos referimos a nuestro prójimo como la persona que está al otro lado de la valla que separa su tierra de la nuestra. El lenguaje de la pregunta es lo que permite que la historia del Buen Samaritano pierda parte de su fuerza y de su valor de conmoción. Quizá tendríamos más posibilidades de responder a la pregunta si fuera «¿quién forma parte de mi familia?».

En cuanto se pronuncia la palabra familia, la gente vocaliza y elabora. La familia da a la gente un valor humano, un círculo de conexión, una relación humana.

Las personas que asociamos con la familia son personas con las que tenemos un vínculo natural. Esto va más allá de los parientes de sangre. Los respetamos, aunque no estemos de acuerdo con ellos y potencialmente sacrificamos nuestras propias necesidades simplemente porque son parte de la familia.

Aquí es donde aparece el verdadero valor impactante de la parábola del Buen Samaritano. Jesús diciendo que tu peor enemigo es ahora considerado como familia. Pero esas personas, esas que son excluidas por todos, ahora son tu problema. Lo que esto significa es que ahora todo se vuelve personal. Esto significa que cuando la gente pasa al lado de un indigente en la calle, están ignorando a uno de los miembros de tu familia que está necesitado. Cuando oyes a la gente hablar mal de otra persona, están insultando a un miembro de tu familia. Es una realidad difícil de afrontar y cambiará nuestra forma de ver el mundo. ¿Es esto lo que Jesús intentaba decirnos cuando contó la parábola?

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

• ¿Cómo reaccionas cuando pasas al lado de alguien que ves que está necesitado?
• ¿Cómo abogas por estas personas en tu vida diaria?

De: Firewood for the soul, vol. 1, A Reflexion Book for the Whole Vincentian Family
Sociedad San Vicente de Paúl, Queensland, Australia.
Texto de: Samantha Hill.