Santa Gianna era una médica italiana, nacida el 4 de octubre de 1922 en la ciudad de Magenta, Italia. Desde muy joven tuvo el deseo de ser misionera en Brasil para unirse a su hermano, el padre Alberto, que era médico y misionero en el país. Sin embargo, debido a su frágil salud, el obispo Bernareggi le aconsejó que no siguiera ese camino.

Gianna se licenció en Medicina y Cirugía en la Universidad de Pavía en 1949 y abrió su propia consulta en 1950 en Mesero (Lombardía). Se especializó en pediatría y se dedicó a atender a niños, madres, ancianos y pobres, utilizando tanto la medicina como palabras de consuelo y esperanza.

El 24 de septiembre de 1955 se casó con el ingeniero Pietro Molla. Durante sus embarazos, afrontó partos dolorosos y sin medicación, y demostró un profundo amor y dedicación a sus hijos. Durante su cuarto embarazo, a los dos meses, le diagnosticaron un mioma canceroso en el útero. Aunque le aconsejaron una histerectomía o un aborto para salvar su vida, Gianna rechazó ambas opciones y optó por salvar al feto. Confió en la Divina Providencia y en la oración durante este peligroso embarazo. Gianna dio a luz a una niña sana llamada Gianna Emanuela, que pesó 4,5 kilos. Sin embargo, siete días después del parto, el 28 de abril de 1962, Gianna murió de peritonitis séptica, una infección del revestimiento del abdomen, probablemente causada por la cesárea necesaria para el nacimiento de la niña.

La gran hazaña de Gianna fue sacrificar su propia vida para salvar la de su bebé. El papa San Pablo VI la describió como «una madre que, para dar a luz a su hijo, sacrificó la suya propia en una inmolación deliberada». El 24 de abril de 1994, el papa Juan Pablo II la beatificó durante el Año Internacional de la Familia. Gianna se convirtió en un modelo de valentía femenina y de respeto a la dignidad de la vida humana. La canonización de santa Gianna tuvo lugar el 16 de mayo de 2004, convirtiéndose en la primera santa laica vicenciana y siendo reconocida como «mártir del amor maternal» por la Iglesia Católica. También fue la primera doctora en medicina canonizada y se la considera una santa más moderna, ya que vivió entre 1922 y 1962. Su fiesta litúrgica se celebra el 28 de abril.

Muchos de los milagros atribuidos a Gianna se deben a la ayuda en embarazos peligrosos, relatos de varias mujeres que le rezaron debido a infertilidad o problemas en el embarazo. Marcia Teresinha Moreschi, representante de la SSVP en la Coordinadora de la Familia Vicenciana en Brasil y miembro de la Conferencia Sagrada Familia en Brasilia/DF, cuenta que «durante el jubileo de 2000, una pareja de Franca/SP, pidió en sus oraciones que Santa Gianna favoreciera el nacimiento de su hija, a pesar de la pérdida de todo el líquido amniótico. La madre no quiso abortar y dio a luz a una niña sana. La supervivencia del feto fue declarada un auténtico milagro por la Iglesia», comenta Marcia.

A Santa Gianna se la considera parte de la Familia Vicenciana porque durante su juventud fue miembro de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Practicó la caridad ayudando a los ancianos y necesitados en la Conferencia de San Martín, de la que fue secretaria.

Fuente: https://ssvpbrasil.org.br/