Hemos estado recibiendo llamadas solicitando alguna orientación sobre la situación en Haití. Los vicentinos quieren saber si pueden enviar fondos para ayudar. Es complejo responder a esto sin antes dar algunos antecedentes para comprender plenamente la magnitud de la realidad sobre el terreno.
Terremotos y huracanes
Haití tiene una trágica historia de terremotos y huracanes devastadores. El terremoto de 2010, en particular, dejó miles de muertos, heridos y desplazados. Las infraestructuras del país sufrieron graves daños, lo que agravó las vulnerabilidades ya existentes.
Los huracanes, como el Matthew en 2016, han azotado Haití en repetidas ocasiones, causando pérdidas de vidas, destrucción de hogares e interrupciones de los servicios esenciales.
Epidemia de cólera
En 2010, poco después del terremoto, Haití se enfrentó a un brote de cólera. La enfermedad se propagó rápidamente debido al saneamiento inadecuado y al acceso limitado al agua potable. Miles de personas perdieron la vida y el sistema sanitario tuvo que hacer frente a la situación.
Pandemia de la Covid-19
Al igual que el resto del mundo, Haití se enfrentó a la pandemia de la Covid-19. La frágil infraestructura sanitaria tuvo que hacer frente a una inmensa carga de trabajo, y se enfrentó a inmensos retos en materia de pruebas, tratamiento y contención.
La pandemia exacerbó las vulnerabilidades existentes, afectando a los medios de subsistencia, la educación y el bienestar general.
Violencia provocada por bandas: La crisis actual
Aunque las catástrofes naturales y las epidemias han causado un inmenso sufrimiento, los problemas relacionados con las bandas en Haití suponen una amenaza singular e inmediata.
Las bandas controlan los barrios, extorsionan a las empresas y ejercen la violencia. Obstaculizan la distribución de ayuda humanitaria, dificultando que organizaciones como la Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP) de Estados Unidos lleguen a los necesitados. Las bandas violentas deambulan por las calles, perpetuando el miedo y la violencia. Controlan los recursos locales, incluidos los puntos de distribución de alimentos. Los civiles se enfrentan al peligro mientras intentan cubrir sus necesidades básicas.
A diferencia de las catástrofes naturales, que acaban remitiendo, la violencia de las bandas persiste, creando un ciclo continuo de miedo, inestabilidad y sufrimiento. Los residentes temen por sus vidas, por lo que se ven obligados a quedarse en casa. Las escuelas y los negocios cierran.
Ausencia de gobierno
La inestabilidad política de Haití ha dado lugar a un gobierno ineficiente. La ausencia de gobierno ha provocado el caos, afectando a los servicios esenciales. La distribución de alimentos, la seguridad y la protección pública están en peligro. Y esto, a su vez, ha llevado a la embajada de Estados Unidos en Haití a tomar medidas preventivas, instando a los ciudadanos a abandonar la isla por motivos de seguridad. Este cierre interrumpe los canales de comunicación y asistencia para organizaciones como la nuestra.
El sistema bancario de Haití se enfrenta a la incertidumbre. La SSVP debe navegar por este difícil panorama financiero para gestionar los fondos con transparencia y garantizar que las donaciones lleguen a quienes las necesitan. Tenemos que asegurar a los donantes que tenemos plenamente en cuenta la volátil situación. Existe la incómoda realidad de que, cuando enviamos ayuda a Haití, no está claro si los fondos llegan a los necesitados o si se han infiltrado allí bandas de delincuentes (como han hecho en el resto de aspectos).
No sólo os pedimos paciencia mientras intentamos encontrar formas de trabajar por los pobres en estos tiempos difíciles, sino, lo que es más importante, vuestras oraciones. Hemos tenido varias oportunidades de hermanamiento que nos han permitido ayudar en lo que hemos podido durante todas esas catástrofes naturales y la pandemia. A través de estas oportunidades nos hemos enfrentado a muchos retos, pero ninguno ha sido más desgarrador que observar desde lejos lo que tenemos que hacer ahora. No es una observación en vano. Nuestro equipo en la oficina del Consejo Nacional está trabajando diligentemente para encontrar soluciones en unas condiciones extremadamente volátiles.
En resumen, aunque Haití ha padecido un sufrimiento histórico importante debido a calamidades naturales y crisis sanitarias, la situación actual relacionada con las bandas representa un reto más peligroso y persistente. Abordar la violencia de las bandas es crucial para restaurar la seguridad, la estabilidad y la esperanza en esta resistente nación.
Notas de nuestros amigos de Haití
«Gracias por estar siempre a nuestro lado y por acompañarnos y animarnos; nos hace bien. Sí, la situación en Haití es muy tensa como nunca antes… este periodo es realmente angustioso para los pobres que ya tienen una vida precaria y para nosotros que debemos darles ánimo en la proximidad. En Tabarre – Fleuriot, la escuela está cerrada desde hace dos semanas, y en Gonaïves, desde enero de 2024. El cierre de las actividades cotidianas y el movimiento en la calle está paralizado debido a la inseguridad y la violencia. También es triste porque hay saqueos de grandes almacenes, y apenas podemos encontrar productos de primera necesidad. La gente que vive día a día se enfrenta realmente a grandes dificultades, aumentando la miseria y los desplazamientos vitales. Esta es la imagen que puedo dar hoy de Haití. Para nosotros, creyentes que creemos en la presencia de Dios rico en gracia y bondad, esperamos que esta situación cambie. Dios, nuestra fuerza y gracia, ayúdanos a superar este tiempo de injusticia con la paz de Cristo nuestro Salvador, a quien celebraremos el día de Pascua. Gracias por vuestra constante presencia y apoyo. Que tengáis una feliz Semana Santa. Fraternalmente, Sor Matilde, hija de la caridad».
Sor Matilde, supervisa dos escuelas en Haití, y su mensaje traducido fue el siguiente:
«¡Buenos días! Les pido disculpas por el hecho de que sea ustedes quien me pregunten por la situación caótica que vive Haití desde hace años y que ahora se está agravando. Ahora es muy preocupante, y por eso no he tenido tiempo de informarle sobre esta situación de pobreza e inseguridad. ¿Cuál es el problema?
Tras la caída de los Duvalier, las víctimas del régimen llegaron con el desarraigo de los Tonton Makout (partidarios del régimen de Duvalier), que consistió en liberar a Haití de este grupo. Desde entonces, siempre ha habido conflictos entre el pueblo y los dirigentes. Es difícil que un presidente y su gobierno terminen su mandato; siempre hay un golpe de Estado o el presidente se ve obligado a dimitir, hasta que en julio de 2021 el presidente Jovenel fue asesinado. La inestabilidad es total. Todas las instituciones del país están debilitadas. Las bandas criminales crecen como la lluvia. Desalojan al pueblo, secuestran y matan frente al gobierno y la policía. El pueblo se queda solo, sin nadie que vele por él ni lo defienda. El país lleva así 2 años y 8 meses, y ahora las bandas criminales se están federando y buscan a quienes les armen y les proporcionen munición para oprimir al pueblo. Este movimiento paraliza totalmente todas las actividades en Puerto Príncipe, la capital de Haití.
Todas las escuelas están cerradas. Las que pueden ofrecer clases virtuales están funcionando, y las que no, están esperando a que todo se calme para continuar. La escuela Adelia Félix es una de las que espera sin saber cuándo, pero estamos en comunicación con nuestros alumnos. Dialogando con ellos, es evidente que tienen muchos problemas porque no pueden ir a la escuela, pero surge un problema más grave, que es no poder comer, y en el futuro habrá más hambre en el país. Por eso pido a los donantes de la escuela Adelia Felix que, si no hay posibilidades, ayuden a nuestros alumnos con comida. Así, después de esta tormenta, podremos reubicarlos para la reapertura de clases.
Hoy en día, es cierto que hay problemas económicos en todas partes, pero en Puerto Príncipe es peor porque la gente no tiene derecho a salir, es decir, están prisioneros en sus casas. Por eso, la ayuda alimentaria beneficiaría mucho a nuestros alumnos y a sus padres. ¡La escuela cuenta con vosotros! Dios os recompensará».
– Raphael Verlux
Por Pam Matambanadzo,
Vicepresidenta Territorial Internacional – América 1
Fuente: https://ssvpusa.org/
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