Alimento para el alma: Nuestro centro

por | Mar 11, 2024 | Formación, Reflexiones | 0 comentarios

NO PUEDE HABER DIÁLOGO AUTÉNTICO SI NO SOMOS CAPACES DE ABRIR LA MENTE Y EL CORAZÓN, CON EMPATÍA Y SINCERA RECEPTIVIDAD, A AQUELLOS CON QUIENES HABLAMOS.

PAPA FRANCISCO

Si buscas en Google ‘definir corazón’, google te dará las siguientes definiciones;

  • Órgano muscular hueco que bombea la sangre por el sistema circulatorio mediante contracciones y dilataciones rítmicas.
  • La parte central o más interna de algo.

El corazón no es sólo algo que está dentro de nosotros, sino que es vida. Utilizamos el corazón como símbolo de muchas cosas, pero ¿cuál es su función, su propósito?

En pocas palabras, el corazón recibe sangre del cuerpo, desoxigenada y sin vida. La empuja hacia las cavidades inferiores del corazón, desde donde es bombeada a los pulmones, donde se produce un intercambio. Esa sangre reoxigenada le da vida y, a través de nuestra respiración, vuelve a pasar al corazón. Una vez más, se recibe de los pulmones y se bombea al cuerpo, para nutrirlo, para curarlo, para transportar las propiedades vitales necesarias para que nuestro cuerpo funcione de la mejor manera posible.

El papa Francisco utiliza esta analogía para describir nuestra participación en la misión de Dios. Nuestros corazones deben latir con fuerza por la misión de la que formamos parte y, a través de ella, podéis servir de poderoso reflejo de lo que somos. Lo mismo puede decirse de nuestra participación en la Familia Vicenciana Mundial.

Aspiramos a ser reconocidos como una organización caritativa católica solidaria, que aspira a vivir el mensaje del Evangelio sirviendo a Cristo en los pobres con amor, respeto, justicia, esperanza y alegría.

Si somos el latido del corazón de la Familia Vicenciana y ante todo estamos recibiendo su amor, estamos siendo transformados por el soplo del Espíritu, y bombeando vida en las esferas donde ejercemos nuestro servicio.

Si no nos apasiona lo que estamos haciendo, o si no encontramos el servicio satisfactorio, ¿cómo podríamos inyectar vida en nuestras diversas buenas obras? ¿Qué estamos haciendo para que tu corazón siga bombeando justicia?

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

  • ¿Qué hacemos para que nuestro corazón siga latiendo por la misión de la Familia Vicenciana?
  • ¿Qué es lo que más nos llena de las buenas obras en las que participamos?

De: Firewood for the soul, vol. 1, A Reflexion Book for the Whole Vincentian Family
Sociedad San Vicente de Paúl, Queensland, Australia.
Texto de: Samantha Hill.

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