Hay mucha polarización en nuestro mundo actual. Y no es sólo política.

La polarización se manifiesta hoy en todos los niveles de la Iglesia… jerarquía, clero, laicos, religiosos con votos.

¿Es la primera vez en la historia que la Iglesia está tan dividida?

Desde luego que no.

El Papa Francisco como «pararrayos»

El papa Francisco se ha convertido, en muchos aspectos, en un pararrayos tanto a la izquierda como a la derecha. Algunos piensan que ha ido demasiado lejos. Otros piensan que no lo suficiente.

La misma dinámica se da en algunas actitudes de la gente hacia el Vaticano II.

Los Papas anteriores se enfrentaron a situaciones nuevas

Hace ciento treinta años, el papa León XIII intentó que los católicos de todo el mundo afrontaran «las cosas nuevas» que estaban sucediendo en la Revolución Industrial. En una encíclica Rerum Novarum pidió a la Iglesia que se enfrentara a estas «cosas nuevas».

Más de 60 años después, el papa san Juan XXIII estaba profundamente preocupado por el impacto de los cambios que continuaron produciéndose a consecuencia de dos guerras mundiales. Tomando al mundo católico por sorpresa, convocó a todos los obispos del mundo para discutir estas «cosas nuevas».

Su palabra clave fue aggiornamento. «Aggiornamento» se tradujo aproximadamente como «actualización». Utilizó la imagen de quitar los percebes de la barca de Pedro.

Entonces convocó a los casi 3.000 obispos para un debate sobre la Iglesia en el mundo moderno.

Ahora, el papa Francisco convoca un proceso mundial de tres años para escuchar al Espíritu y los gritos de los que viven en los márgenes.

Seguimos experimentando cambios sin precedentes. La revolución digital potenció cambios inimaginables incluso hace sólo 20 años.

La consigna del papa es «sinodalidad«. La describe como «caminar juntos» escuchando al Espíritu.

De vuelta al futuro actual

Sólo unos treinta años después de la muerte y resurrección de Jesús, Pedro, el primer papa, tuvo que enfrentarse a una profunda polarización entre los líderes religiosos y los que seguían este «nuevo camino».

Los judíos devotos centraban toda su vida en torno a sus escrituras, un estilo de culto establecido y unas detalladas leyes dietéticas que se habían mantenido sagradas durante muchas generaciones.

Pero incluso en esto estaban enfrentadas las mentalidades de los líderes religiosos conocidos como fariseos y saduceos.

Entonces llegó Jesús difundiendo la «Buena Nueva». Se difundió… ¡incluso entre los gentiles!

Pedro se enfrentó a cuestiones polarizantes sobre las leyes dietéticas arraigadas en la santa ley de Moisés.

• ¿Tenía la gente que hacerse judía antes de hacerse cristiana?
• ¿Cómo debían reaccionar los líderes religiosos establecidos ante unos gentiles culturalmente diferentes?
• ¿Podían abandonar las leyes sagradas establecidas por los líderes religiosos generación tras generación?

Los Hechos de los Apóstoles

En los Hechos de los Apóstoles, veo ahora dos mentalidades en tensión.

Una de ellas se centraba en los retos de mantener la tradición tal y como la conocían.

La otra se centraba en las oportunidades y los retos de adaptarse a un mundo cambiante.

Ambos son valores legítimos…

Ninguno de los dos grupos comprendía realmente al otro. Sin embargo, había algo en Cristo y en su vida, muerte y resurrección que atraía a la gente de cada grupo.

Así que los cristianos judíos tuvieron que reflexionar más a fondo sobre la frase de Jesús de no echar vino nuevo en odres viejos.

Pedro, el primer papa, después de escuchar a Pablo y al Espíritu, dice: «Es decisión del Espíritu Santo y nuestra no imponeros ninguna carga más allá de estas necesidades…» (Hechos de los Apóstoles) ¡Nótese que es el primer papa quien decide después de escuchar a la gente y ser interpelado por el Espíritu!

El espíritu de este primer Concilio en Jerusalén fue un proceso de discernimiento, escuchando juntos al Espíritu.

¿Confiamos en el Espíritu que habla a través de voces a veces desconocidas?

• ¿Estamos a la escucha de nuevas voces y del Espíritu?
• ¿Necesitamos escuchar las voces de las minorías, los descartados y los excluidos, como hicieron Jesús y luego su vicario Pedro?
• ¿Podemos identificar nuestros prejuicios y estereotipos que obstaculizan nuestra escucha del Espíritu?

Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk