En 1617, uno de sus benefactores preguntó a San Vicente de Paúl: «¿Qué se debe hacer?».

400 años después, esta pregunta es el motor de la Campaña 13 Casas de la Alianza FamVin con los sin hogar (FHA), una iniciativa mundial que se inspira en la labor de san Vicente en el París del siglo XVII. Al darse cuenta de que su obra de alimentar a los niños que vivían en la calle no era una solución a largo plazo para los sin techo, San Vicente construyó 13 casas para atenderlos. Trabajando en colaboración con la Congregación de la Misión, las Hijas de la Caridad y las Damas de la Caridad, las 13 casas garantizaron que los niños no volvieran a vivir sin hogar. Las casas no eran sólo cuatro paredes: eran un lugar donde los niños recibían atención médica, educación y formación, un lugar donde podían jugar y simplemente ser niños. Y lo que es más importante, las habilidades adquiridas en las 13 casas daban a los niños un futuro.

Hoy día, la campaña se inspira en estas 13 casas originales para crear y mejorar servicios para los 1.200 millones de personas sin hogar que hay en el mundo. Los proyectos no sólo proporcionan vivienda, sino que también ofrecen oportunidades de educación y formación para acabar con la pobreza intergeneracional, que puede ser una de las causas del sinhogarismo. Cuando la FHA puso en marcha la Campaña en 2018, nos fijamos el ambicioso objetivo de llegar a 10.000 personas en cinco años, empezando por el primer proyecto de la Campaña, la construcción de una casa singular en Little Rock (Estados Unidos).

Estoy especialmente satisfecho de haber sido testigo de la expansión de la campaña por todo el mundo. Ahora, los proyectos de 13 Casas están presentes en 64 países, desde Mauricio hasta España, y hoy me siento orgulloso de anunciar que la campaña 13 Casas ha transformado la vida de 10.000 personas en todo el mundo.

Alcanzar este objetivo es un testimonio del duro trabajo de la Familia Vicenciana mundial y muestra cómo el poder de la colaboración puede marcar una diferencia real para acabar con la falta de vivienda.

En Guatemala, los miembros de la Familia Vicenciana, entre ellos las Hijas de la Caridad, la Sociedad de San Vicente de Paúl y la Congregación de la Misión, se unieron para formar el grupo Solidaridad por Guate en respuesta a la erupción del Volcán de Fuego. Gracias a esta colaboración, tan sólo un año después de la erupción, habían construido 32 casas para 135 personas en Chimaltenango.

En Perú, la Familia Vicenciana de Lambayeque colaboró con otras organizaciones vicencianas para construir la Aldea San Vicente de Paúl en Puerto Eten. La aldea es ahora el hogar de María y sus tres hijos, que huyeron de la crisis económica de Venezuela. El proyecto proporciona seguridad, calor y esperanza a María y su familia, que tienen acceso a vivienda, talleres de empleo y oportunidades de desarrollo personal a través del proyecto.

Además de la colaboración, la respuesta a las necesidades locales es clave para la Campaña 13 Casas. No existe una única solución para acabar con el sinhogarismo y cada proyecto se adapta a las necesidades de la comunidad local. Como resultado, he visto que la campaña ha dado lugar a proyectos diversos e innovadores. En Botsuana, comunidades en las que escasea el agua han recibido depósitos de agua junto con viviendas. Mientras tanto, en la India, la Familia Vicenciana India trabajó con la comunidad de Taganaju para crear una propuesta de proyecto adaptada a sus necesidades. El resultado ha sido la construcción de 17 casas hasta la fecha, y se están construyendo más.

Aunque albergar a 10.000 personas es un logro increíble, hoy también es una oportunidad para que reflexionemos sobre lo que queda por hacer. Para resolver el creciente problema mundial de las personas sin hogar, debemos encontrar nuevas oportunidades de colaboración. Debemos seguir trabajando con las comunidades para adaptar los proyectos a sus necesidades y seguir aprendiendo unos de otros sobre lo que funciona para acabar con el sinhogarismo. De este modo, podemos trabajar en el espíritu de san Vicente para garantizar que todas las personas tengan un lugar al que llamar hogar y un lugar en su comunidad.

Mark McGreevy OBE,
Coordinador de la Alianza FamVin con los sin hogar y Presidente del Grupo DePaul
Fuente: https://int.depaulcharity.org/