¡Los recuerdos de una madre!
Todos sabemos lo que es un álbum de recuerdos. No se trata de simples recortes. Se trata de mantener vivos los recuerdos.
Estoy seguro de que más de uno de vosotros, que habéis sobrevivido a la muerte de vuestra madre, que os pilló por sorpresa… y profundamente conmovidos por lo que ella guardaba de vuestra infancia.
Entre ellos hay primicias como zapatitos de bebé, libros para colorear, boletines de notas, tarjetas del Día de la Madre y puede que incluso tu primer diente de leche. Recuerdos de los hitos de tu vida.
Todos eran preciosos para ella. Años más tarde, podía sacar estos recuerdos y transportarse a esos momentos especiales en la vida de quien era el centro de su vida.
El Rosario como los recuerdos de María
San Juan Pablo II, cuando introdujo un cuarto grupo de recuerdos, es decir, misterios del rosario, escribió una sección titulada «Recuerdos de María».
Nos recuerda que María vivía con los ojos fijos en Cristo, atesorando cada una de sus palabras: «Guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (Lc 2,19; cf. 2,51).
Para mí, es otra forma de decir que guardaba un álbum de recuerdos en su corazón.
San Juan Pablo II nos recordaba…
Los recuerdos de Jesús, grabados en su corazón, la acompañaban siempre, llevándola a reflexionar sobre los diversos momentos de su vida al lado de su Hijo. En cierto modo, esos recuerdos iban a ser el «rosario» que recitó ininterrumpidamente durante toda su vida terrena.
Probablemente nunca vio nada parecido a lo que llamamos un álbum de recuerdos. Pero, si lo hizo, no me sorprendería que tuviera secciones de recuerdos alegres, tristes y gloriosos.
Los recuerdos luminosos o «llenos de luz» de María
Al establecer los Misterios Luminosos del rosario, san Juan Pablo nos anima a unirnos a María en sus recuerdos de Jesús trayendo la luz al mundo. Destaca cinco momentos en particular.
- El Bautismo de Jesús en el Jordán, cuando Dios nos dijo que Jesús era su amado. Escuchadlo.
- Su primer signo en las bodas de Caná… un signo que realizó por intervención de su madre. (¡Qué recuerdo para atesorar!)
- El primer anuncio del Reino de Dios. «Ha llegado la hora, el reino de Dios está cerca, arrepentíos, cambiad vuestra manera de pensar y creed en la buena nueva».
- Su transfiguración cuando el Espíritu de Dios descendió sobre él en forma de paloma. «Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia».
- Su última cena y la Eucaristía, cuando les mostró lo que quería que hicieran en memoria suya… «lavaros los pies los unos a los otros» Dio su vida para mostrarnos lo que significa amarnos los unos a los otros en la vida real.
El Rosario como oración cristocéntrica
San Juan Pablo continúa:
Todos estos recuerdos eran ante todo recuerdos de su hijo. El Rosario es en el fondo una oración cristocéntrica. Rezar el Rosario no es otra cosa que contemplar con María el rostro de Cristo.
El Rosario nos transporta místicamente al lado de María, ocupada en velar por el crecimiento humano de Cristo en el hogar de Nazaret. Esto le permite formarnos y moldearnos con el mismo cuidado, hasta que Cristo esté «plenamente formado» en nosotros (cf. Ga 4, 19). Este papel de María, totalmente fundado en el de Cristo y radicalmente subordinado a él, «no oscurece ni disminuye en modo alguno la mediación única de Cristo, sino que más bien muestra su poder».
Cuando reces el rosario, comprende que se trata de los recuerdos que María tiene de Jesús. Recuerdos que ella meditaba en su corazón.
El Rosario es una invitación a mirar a través de los ojos de su madre a Jesús, ¡el centro de su vida!
Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk
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