Federico, mientras cursaba sus estudios de Derecho y de Letras en la universidad de París, casi siempre andaba mal de dinero. En las cartas a sus padres (no en todas, pero sí en muchas) les daba cuenta de su paupérrima economía. Cuando no era que tenía los pantalones ya muy desgastados, era que tenía que comprar lentes o cualquier otra cosa. En una de sus primeras cartas desde París, reparte los 100 francos recibidos, con todo detalle, entre sus diversos gastos: en un sombrero, 15 francos, la propina al conductor de la diligencia por su baúl, 3,50 francos, pomada para labios, 0,50 francos, autobus un día que llovía, 0,30 francos, reparación del viejo sombrero, 2 francos… En total le quedan 11 francos, con los que advierte tiene que pagar la lavandería, algo de leña porque hace frio, y les dice a sus padres que no ha asistido a ninguna diversión, ni tan siquiera a un espectáculo magnifico sobre la batalla de Navarino, porque cuesta 50 céntimos.
Le suplica a su padre si le puede asignar una pequeña cantidad para «mis pequeñas distracciones». «Es muy triste estar solo”, les dice.
Autor: Juan Manuel Gómez,
vicepresidente de la SSVP en España
Extraído de la carta de Federico Ozanam a su padre, del 12 de noviembre de 1831:
De manera que no me quedan más que 11 francos, con los que tendré que comprar este mes algo de leña porque hace frío por las tardes, pagar el próximo lavado de ropa, comprarme gafas, y dar 5 francos de anticipo al mozo de la escuela para el señor Brun (que nos los reembolsará), etc… Advierta que no me he tomado ninguna diversión, que hay aquí un espectáculo magnífico de la batalla de Navarino y que no me he atrevido a ir a verlo porque la entrada cuesta cincuenta céntimos. Sin embargo, sé que he gastado mucho, pero ¿qué otra cosa puedo hacer? Le estaría muy agradecido si me concediera cada mes, como en Lyon, una pequeña asignación para mis pequeñas distracciones. Tengo mucha necesidad de distraerme; es cosa muy triste el estar solo.
Nota del editor: La batalla de Navarino fue una batalla naval librada en 1827, durante la Guerra de la Independencia griega, en Navarino (hoy Pylos). Combatieron las flotas otomanas y egipcias contra las flotas combinadas británicas, francesas y rusas, siendo el triunfo de esta última alianza.
Fuente: Correspondencia de Federico Ozanam, tomo I. Madrid: Editorial La Milagrosa & Somos Vicencianos, 2015.
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