El célebre columnista David Brooks atrajo mi atención.
En una reflexión de septiembre de 2023 en el Atlantic Monthly (requiere suscripción), escribió
Durante los últimos ocho años, más o menos, he estado obsesionado con dos preguntas.
La primera es: ¿Por qué los estadounidenses se han vuelto tan tristes? … Mi segunda pregunta, relacionada con la anterior, es: ¿Por qué los estadounidenses se han vuelto tan mezquinos?
Dos excelentes preguntas.
Palabras que parecen definir nuestra época…
Abordando la cuestión de la «mezquindad», comienza diciendo:
Hace poco hablé con el dueño de un restaurante, que me dijo que una vez a la semana tiene que expulsar a un cliente de su restaurante por comportamiento grosero o cruel, algo que no solía ocurrir nunca. La jefa de enfermeras de un hospital me dijo que muchos de sus empleados están dejando la profesión porque los pacientes se han vuelto muy agresivos.
En el extremo de la mezquindad, los delitos de odio aumentaron en 2020 hasta alcanzar su nivel más alto en 12 años… La confianza social está cayendo en picado. En 2000, dos tercios de los hogares estadounidenses donaban a obras de caridad; en 2018, menos de la mitad lo hacía.
Las palabras que definen nuestra época rezuman amenaza: conspiración, polarización, tiroteos masivos, trauma, espacios seguros.
Explicaciones para el aumento de la mezquindad
Para empezar, el autor señala los sospechosos habituales:
En los últimos años, distintos observadores sociales han ofrecido diferentes historias para explicar el aumento del odio, la ansiedad y la desesperación.
El relato tecnológico: Las redes sociales nos están volviendo locos.
El relato sociológico: Hemos dejado de participar en organizaciones comunitarias y vivimos más aislados.
El relato demográfico: Estados Unidos, durante mucho tiempo una nación dominada por los blancos, se está convirtiendo en un país mucho más diverso, un cambio que tiene aterrorizados a millones de estadounidenses blancos.
El relato economico: Los altos niveles de desigualdad económica e inseguridad han dejado a la gente asustada, alienada y pesimista.
Y continúa:
Estoy de acuerdo, hasta cierto punto, con todas estas historias, pero no creo que ninguna de ellas sea la más sólida.
Así pues, ofrece sus propias reflexiones:
Creo que la historia más importante sobre por qué los estadounidenses se han vuelto tristes, alienados y maleducados es también la más sencilla: Vivimos en una sociedad en la que ya no se enseña a tratar a los demás con amabilidad y consideración.
En el resto del extenso artículo, traza con detalle cómo hemos perdido esa dimensión en nuestra formación como seres humanos.
El resultado parece ser que nos hemos convertido en una sociedad de personas que se creen el centro del universo. ¡Todo gira en torno a mí!
El papa Francisco fomenta el encuentro
Durante los últimos diez años, el papa Francisco ha estado utilizando diversas palabras y frases que nos llaman a tratarnos unos a otros con amabilidad y consideración.
El papa Francisco habla a menudo de «cultura del encuentro«, «acompañamiento» y de «caminar juntos«.
En Fratelli Tutti (capítulo 2), ha desgranado maravillosamente la propia enseñanza de Jesús en la parábola del buen samaritano.
Creo que lo que el Papa Francisco nos pide hoy podría resumirse en «Detente – Mira – Escucha».
El apap nos pide que nos detengamos, miremos y escuchemos lo que significan hoy las palabras de Jesús.
En 2019, el papa Francisco puso en marcha un proceso de tres años que fomenta el encuentro entre 1.300 millones de católicos. ¡La logística de semejante conversación nos deja perplejos! Pienso en ello como la experiencia de encuentro más grande y centrada del mundo.
Veo el proceso sinodal como una invitación al encuentro, más que al debate, y a la comprensión, más que a la disputa.
Quién sabe… al encontrarnos de verdad, puede que oigamos al Espíritu pidiéndonos a todos y cada uno de nosotros que nos tratemos con amabilidad y consideración.
¿Cómo crees que podrías aprender a ver y escuchar mejor a los demás?
Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk
Educar en los buenos sentimientos. Promover gestos cotidianos de amor, cordialidad, servicio. Recuperar el valor de las personas y la persona humana como valor. Reconocer, alentar, acompañar y promover al otro.