Cambios sistémicos en nuestra estructura de justicia social

La expresión justicia social puede tener distintos significados para diferentes personas. También puede dejarnos confusos sobre lo que es o no es exactamente. Además, a veces dedicamos demasiado tiempo a las diferencias entre obras de caridad y justicia social, cuando ambas son rasgos inseparables de toda actividad vicenciana. Como Vicente nos dijo, primero el trabajo y luego las palabras. La justicia social puede explicarse mejor aprendiendo sobre las diversas acciones y actos de promoción que podemos emprender para abordar las profundas causas de la pobreza.

El tema general o fundamento de la justicia social es el concepto de cambio sistémico, tanto de las estructuras existentes como de nuestra propia transformación personal hacia los dos pilares del amor: la caridad y la justicia. Quizás lo primero que necesita la Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP), así como otras ramas de la Familia Vicenciana, es un modelo interno progresivo y audaz de cambio sistémico.

Cualquier cambio sistémico de este tipo requiere los componentes de equidad racial y de género en todas sus estructuras y sistemas. La Diversidad, la Equidad y la Inclusión (DEI) deben ser parte integrante de la renovación de nuestra perspectiva.

Examinemos el enfoque que solemos adoptar como organización. La SSVP, en Canadá y en la mayoría de los países, empieza por arriba con su consejo nacional. Luego bajamos a los consejos regionales, central y consejos y finalmente a la conferencia. La dirección llega de arriba abajo hasta el nivel de la conferencia, incluidos nuestros esfuerzos en materia de justicia social. ¿No está este enfoque descendente en oposición directa a nuestro propio apoyo al concepto de subsidiariedad, según el cual las decisiones y acciones son tomadas por el nivel más bajo y básico de la Sociedad, la conferencia y los consejos?

Echemos un vistazo a la actual estructura de justicia social. El comité nacional de justicia social desarrolla y coordina las acciones de justicia social de la SSVP. ¿Cómo afecta este enfoque descendente a nuestras conferencias? ¿Anima a los miembros a examinar cómo pueden emprender acciones que verdaderamente aborden las causas profundas de la pobreza? Aunque no cabe duda de que tenemos varios ejemplos de acciones locales, sigue habiendo una desconexión real entre los niveles superiores de la Sociedad y los miembros de sus conferencias. La falta de comunicación y un liderazgo inadecuado o sin formación son los principales factores que contribuyen a esta desconexión.

¿Cómo podríamos lograr cambios sistémicos dentro de nuestras estructuras que tuvieran efectos positivos en la justicia social? ¿Cómo podemos invertir esa estructura descendente para adoptar un enfoque mucho más ascendente y que también busque dar voz a nuestros prójimos necesitados? Este nuevo enfoque reserva un papel para nuestros niveles superiores: el de recopilar y mantener amplios archivos y enlaces a recursos que contengan información y material de formación que puedan ayudar y mejorar a nuestras conferencias a la hora de adoptar un enfoque positivo y bien informado de la justicia social.

Los niveles superiores también pueden actuar como enlace entre todos los niveles de la Sociedad y, en lugar de celebrar reuniones que tiendan a ser excesivamente controladoras, se limitarán a facilitar experiencias de intercambio y aprendizaje a los asistentes. La conferencia de base y sus miembros deben creer que son parte de la solución para aliviar la pobreza y comprender que la caridad y la justicia son socios en pie de igualdad.

Este cambio sistémico interno puede ser la clave del éxito de una iniciativa de renovación de la justicia en la sociedad.

Sobre el autor:

Jim Paddon vive en Londres, Ontario (Canadá) y es un vicentino canadiense. Está casado con su querida esposa Pat y tienen seis hijas y once nietos. Jim es miembro de la Sociedad desde los años 70.

«Reconozco con todo respeto los territorios tradicionales y no otorgados de los Pueblos Indígenas, incluidas las Primeras Naciones, los Metis y los Inuit, en cuyas tierras nos reunimos, trabajamos y vivimos».