Como Superior General de los Hermanos de Nuestra Señora Madre de Misericordia (Hermanos CMM), una rama de la Familia Vicenciana mundial, el Hno. Lawrence Obiko anima apasionadamente a sus compañeros líderes de congregación a «andar el camino». Aunque confiesa que esto puede ser un aforismo omnipresente, el Hno. Obiko predica que la verdadera transformación sólo puede producirse a partir de acciones tangibles destinadas a servir a las comunidades de fe. Habla desde la experiencia, ya que ha dedicado su vida religiosa tanto a funciones de liderazgo como a ministerios prácticos.
ORIGEN HUMILDE
El Hno. Obiko nació y creció en Kenia, perteneciente a una familia de siete hermanos. Su padre era supervisor en una plantación de café y conserje en una escuela misionera. Asistió a la escuela primaria St. Joseph y a la escuela secundaria Cardinal Otunga, una institución fundada y administrada por los Hermanos CMM. Durante sus años de instituto le presentaron por primera vez la orden religiosa, un encuentro que le marcó profundamente.
EL COMIENZO DE UN VIAJE RELIGIOSO
Al terminar el bachillerato, ingresa en el noviciado y finalmente se consagra Hermano en 1987. Su primer destino fue una escuela para sordos y ciegos en un pequeño pueblo de Kenia, donde trabajó durante tres años. Reanudó sus estudios en el Baraka Farmers Training College de Molo. Además, estudió formación religiosa en el Tumaini Center y dirección espiritual en el Mwangaza Jesuit Training Center, ambos situados en Nairobi, mientras se dedicaba también a la agricultura.
PROFUNDA DEVOCIÓN
Tras su educación, sirvió a la congregación en diversos puestos, como tesorero, superior de comunidad, maestro de postulantes y maestro de novicios, dedicando 12 años al Consejo Provincial. Su papel como maestro de novicios fue decisivo para el establecimiento de un nuevo noviciado en Sigona (Kenia). También supervisó las actividades de construcción de la Escuela Secundaria de San Vicente de Paúl en Urambo (Tanzania), donde enseñó Informática.
En 2008, el Hno. Obiko fue elegido miembro del Consejo General y posteriormente fijó su residencia en Tilburg (Países Bajos), donde realizó visitas canónicas a hermanos de ocho países diferentes, promoviendo los principios de fraternidad y misericordia de la congregación. En 2016, se unió a la Junta Ejecutiva de la Familia Vicenciana y asistió a la inauguración de la Oficina de la Familia Vicenciana en Filadelfia en enero de 2017.
SER LÍDER
Era obvio que el Hno. Obiko sabía lo que significaba ser un líder. Durante una reunión del Capítulo General de su orden en 2021, desafió a sus compañeros a «ser hermanos misericordiosos, alegres y valientes en el mundo de hoy», instándoles a llevar el ambiente positivo del Capítulo a sus comunidades de todo el mundo. Hizo hincapié en que este lema no debe quedarse en meras palabras sobre el papel, sino reflejarse en su discurso, acciones, trabajo e «incluso en su sueño».
NOMBRAMIENTO DE SUPERIOR GENERAL
En 2014, los Hermanos CMM anunciaron que el Hno. Obiko fue elegido para servir como el 14º Superior General de la Congregación, fundada en Tilburg, Países Bajos, en 1844, por el Obispo Joannes Zwijsen. En 2021, fue reelegido para un segundo periodo como Superior General.
VERDADERA PASIÓN POR SERVIR
Mientras el Hno. Obiko sirve con orgullo como líder, su verdadera pasión es la educación. Mientras trabajaba en una misión en Tanzania, se le asignó la responsabilidad de gestionar la construcción de una nueva escuela, así como la enseñanza de Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC) en una escuela secundaria. Su orden supervisa los sistemas educativos de primaria y secundaria en nueve países: Países Bajos, Bélgica, Brasil, Indonesia, Kenia, Tanzania, Namibia y Zambia. Se propusieron y ejecutaron instalaciones educativas en estas zonas ayudando a erradicar la falta de cualquier sistema de aprendizaje formal o de instalaciones adecuadas.
El Hno. Obiko aplica a la educación un enfoque holístico. «Nuestro objetivo es hacer de un niño informado una persona integral. No se trata sólo de la educación que recibe, sino también del camino físico y espiritual, que evoluciona hacia un enfoque holístico. Así que ese enfoque holístico es lo que equipamos a cada niño para que se gradúe como una persona bien formada y equilibrada», sostiene el Hno. Obiko.
Uno de sus principales retos educativos es la falta de adecuación de las infraestructuras físicas, donde se necesitan aulas adecuadas, bibliotecas e instalaciones deportivas. Sin embargo, admite que uno de los retos importantes que ha encontrado gira en torno a la ausencia de disciplina y estructura en la vida de los alumnos.
REALIDAD DE LAS NECESIDADES EDUCATIVAS
«Si observamos la realidad, es obvio que la mayoría de las escuelas necesitan imponer disciplina a sus alumnos», afirma el Hno. Obiko. «Se necesita una buena orientación, donde haya oportunidad de cuál es el futuro de la educación y cómo se puede ayudar a los niños a encontrar su camino hacia el futuro». Su amplio enfoque de la educación mira más allá de las cuatro paredes de su educación inicial y se centra en preparar a la próxima generación para que se mejore a sí misma, a su sociedad y a sus semejantes.
«Creo que ésta es la esencia del estudio. La educación no es sólo cuando [el estudiante] termina, sino cómo va a afectar su experiencia de aprendizaje a su vida y a la de los demás», plantea.
Su participación en la reunión semestral de la Junta Ejecutiva de la Familia Vicenciana en junio de 2023, celebrada en Filadelfia, es una vía alternativa que el Hno. Obiko espera que responda a estas preguntas y proporcione respuestas para adquirir mejores recursos al tiempo que mejora los métodos para implementar la transformación en los países pobres. Marca el comienzo de la construcción de puentes a través de asociaciones globales y locales para alcanzar objetivos más elevados a un nivel más universal.
«La colaboración es una de las grandes cosas», señala el Hno. Obiko. «No estamos solos. Nos necesitamos unos a otros. Así que, si colaboramos, podemos hacer las cosas mejor juntos».
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