De un artículo de Raymond Facelina, C.M.:
El Cristo de San Vicente es el Cristo de Lucas, es el Cristo evangelizador de los pobres. Cuando San Vicente dice “ayudar” no habla como se hablará en el siglo XIX o XX con cierto paternalismo o maternalismo, evocando la “caridad”, ya que en el siglo XVII la asistencia es una presencia activa. Se trata para San Vicente de la preocupación por actuar de suerte que la Buena Nueva llegue a los pobres, no sólo de palabra sino de obra. “Evangelizar es hacer eficaz el Evangelio”. Por lo tanto, Cristo está en el corazón de la fe de San Vicente, porque Cristo ha estado y está en el corazón de su vida. Siguiendo la tradición de los apóstoles, San Vicente se entregó a Dios para seguir a Jesús, Nuestro Señor. Sólo se tiene por el discípulo que sigue a Jesús. [San Vicente] no separa el sacerdocio y la espiritualidad presbiteral del sacerdocio y de la espiritualidad de los bautizados. Sigue interpelando. Habla menos del sacerdote que los otros fundadores de los diversos institutos de la “escuela francesa”. […] De esta forma, misioneros, tanto sacerdotes como hermanos, Hijas de la caridad, miembros de las Cofradías de caridad son para él, ante todo, bautizados.
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