Dos imágenes me recuerdan especialmente las limitaciones de lo que veo. Me ayudan a ser más humilde cuando pienso en mis conversaciones con quienes no ven las cosas como yo.

Por muy seguro que esté de aquello en lo que creo, lo que veo no es toda la historia.

Una antigua historia convertida en imagen

Un grupo de ciegos oyó que habían traído a la ciudad un animal extraño, llamado elefante, pero ninguno de ellos conocía su forma ni su figura. Por curiosidad, dijeron: «Debemos inspeccionarlo y conocerlo mediante el tacto, del que somos capaces». Así pues, lo buscaron y, cuando lo encontraron, tantearon a su alrededor.

El primero, cuya mano se posó en la trompa, dijo: «Este ser es como una gruesa serpiente». A otro, cuya mano llegó hasta su oreja, le pareció una especie de abanico. Otra persona, cuya mano estaba sobre su pata, dijo que el elefante era un pilar como un tronco de árbol. El ciego que le puso la mano en el costado dijo: «el elefante es una pared». Otro, que palpó su cola, la describió como una cuerda. El último que palpó su colmillo, afirmó que el elefante es algo duro, liso y como una lanza.

A lo largo de los siglos, la historia ha tenido diferentes finales.

En algunas versiones, los ciegos descubren sus desacuerdos, sospechan que los otros no dicen la verdad y llegan a las manos.

En otras versiones, dejan de hablar, empiezan a escuchar y colaboran para «ver» el elefante completo. A veces, cuando una persona con vista entra en la parábola y describe todo el elefante desde varias perspectivas, los ciegos se enteran de que todos estaban parcialmente en lo cierto y parcialmente equivocados.

La experiencia subjetiva de cada uno puede ser cierta. Pero puede no ser la totalidad de la verdad.

Otra imagen con una lección de humildad…

Esta imagen me habla del choque de pareceres… y de que están dispuestos a luchar por lo que ven claramente con sus propios ojos

Te animo a que te fijes en su certeza a la hora de proclamar lo que ven. ¿Lo comprendes? El problema es que, aunque veían la misma realidad, lo hacían desde dos puntos de vista diferentes.

Conflicto entre los primeros seguidores de Jesús

Lo que veo en estas ilustraciones dice mucho de los conflictos en la Iglesia primitiva.

El libro de los Hechos de los Apóstoles nos muestra la transición del movimiento cristiano, de un contexto mayoritariamente judío a un evangelio universal, que no sólo abarca a los gentiles, sino que se convierte en un fenómeno un tanto gentil. Comienza en Jerusalén con un puñado de seguidores judíos de Jesús. El libro de los Hechos termina en Roma y en una comunidad cristiana predominantemente gentil.

El Libro de los Hechos describe esta transición:

• geográficamente, de Jerusalén a Roma;
  
• teológicamente, de Israel a la iglesia cristiana;
  
• y culturalmente, de una forma judía de cristianismo a una forma gentil.

Cada transición ilustra un caso clásico de choque de mentalidades. Hay que mantener las cosas como estaban. Debemos adaptarnos a una nueva forma de ver las cosas. Las formas de pensar cambian. Se replantean los sistemas y las estructuras.

Algunos eran judíos devotos cuya vida giraba en torno a las Escrituras, un estilo de culto establecido y unas leyes dietéticas detalladas. Dentro de esto, estaban las diferentes mentalidades de los fariseos y los saduceos.

Otros eran gentiles, predominantemente griegos por la lengua, las costumbres y la formación religiosa, que no sabían nada del judaísmo. Escucharon la llamada de Jesús a seguirle desde una cultura muy diferente a la de las elaboraciones judías de los diez mandamientos.

Tardaron bastante tiempo en entender qué era lo que valía la pena en su modo de vida habitual y qué exigía el nuevo modo de vida. Había muchas cosas que no esperaban.

¿Alguna de estas imágenes te motiva para respetar a los que ven las cosas de otra manera?

Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk