Francisco, citando a San Juan Pablo II, nos dice “si vivís con los jóvenes, también vos te volvés joven, y la Iglesia necesita a los jóvenes”.
Así empieza el video con la intención de oración de agosto, producido por la Red Mundial de Oración del Papa, en el que Francisco contesta directamente las preguntas de algunos jóvenes.
En sus respuestas, también les recuerda que sigan el ejemplo de María que “en cuanto sabe que va a ser la madre de Dios, no se queda allí tomándose un selfie o presumiendo. Lo primero que hace es ponerse en camino, a toda prisa, para servir”.
Y acaba el video con su deseo de que esta JMJ sea “una semilla del mundo del futuro. Un mundo donde el amor esté en el centro, donde nos podamos sentir hermanas y hermanos”.
El vídeo del Papa es una iniciativa de la Red Mundial de Oración por el Papa, que pretende difundir las intenciones mensuales del Papa sobre los desafíos que enfrenta la humanidad.
El Papa nos dice en este video:
“Cuando voy a la Iglesia de mi barrio, solo veo personas mayores. ¿La Iglesia es ahora cosa de viejos?
La Iglesia no es un club para la tercera edad, como tampoco es un club juvenil. Si se convierte en algo de viejos, va a morir. San Juan Pablo II decía que si vivís con los jóvenes también vos te volvés joven, y la Iglesia necesita a los jóvenes para no envejecer.
Querido Papa Francisco, ¿por qué ha escogido el lema para esta JMJ “María se levantó y partió sin demora”?
Porque María, en cuanto sabe que va a ser la madre de Dios, no se queda allí tomándose un selfie o presumiendo. Lo primero que hace es ponerse en camino, a toda prisa, para servir, para ayudar. También ustedes tienen que aprender de ella a ponerse en camino para ayudar a los demás.
¿Qué espera de esta JMJ de Lisboa?
Me gustaría ver en Lisboa una semilla del mundo del futuro. Un mundo donde el amor esté en el centro, donde nos podamos sentir hermanas y hermanos. Estamos en guerra, necesitamos otra cosa. Un mundo que no tenga miedo a testimoniar el Evangelio. Un mundo con alegría, porque los cristianos si no tenemos alegría, no somos creíbles, no nos cree nadie.
Oremos para que la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa nos ayude a los jóvenes a ponernos en camino, dando testimonio del Evangelio con nuestra propia vida”.
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