Mi experiencia en el EMLA 2023.
Puedo iniciar este artículo diciendo que la Providencia del Señor y la Intercesión de nuestra Madre Santísima estuvo presente antes, durante y después del encuentro. Jóvenes de distintas partes de Latinoamérica, con realidades muy diferentes reunidos por un solo amor e ilusión, compartiendo la alegría de encontrarse, sin importar si ya nos conocíamos de antes o no, eres un amigo desde el momento en que llegas y para sentirte en familia solo basta un abrazo.
Tal cual, como nuestro himno menciona: “Siempre habrá una mano amiga…” Así se hizo sentir el espíritu de JMV; Desde el primer día, las risas se hicieron presente. Dentro de la organización, puedo mencionar que el equipo organizador de JMV Honduras, tuvo una ardua labor, para conseguir los espacios más idóneos para cada tema, dinámica y oración; y al estar cerca de ellos, apoyándoles desde mis posibilidades, puedo decir, que el amor por JMV que cada uno de ellos tiene, es digno de admirar.
Compartimos experiencias de vida, nuestras culturas y el amor por Jesús y María, acompañados por nuestros asesores nacionales de la Congregación de la Misión y Las Hijas de la Caridad, dieron realce al encuentro. Sintiendo la alegría que cada uno inyectaba, apoyándonos en las responsabilidades que cada región y país tenía, y sobre todo, los momentos de juego fueron muy especiales para mí, cada uno de estos momentos hicieron que se fortalecieran los lazos y juntos crear un gran equipo de trabajo en las misiones.
No puedo dejar de lado la experiencia de Misión que tuvimos, y la recuerdo con mucho cariño. Familias que se habían alejado, regresando a la iglesia, abriendo las puertas de su hogar para podernos recibir junto a mi compañero y a nuestra invitada especial, la presencia de María, bajo la advocación de La Virgen de Suyapa (Patrona de Honduras), ver como sus hijos se alegraban al observar que su imagen estaba en su hogar demuestra el amor de los hijos por su Madre.
La realidad social, de la comunidad que nos correspondió visitar, era de lucha campesina, donde ya varios delegados de la palabra habían sido asesinados y el temor dentro de la comunidad inundaba su corazón, provocando que se alejarán del templo, además de la creciente fuerza de las sectas protestantes, hacían titubear en la fe, a los que aún se acercaban a orar.
La visita fue de gran ayuda para sentirnos más cerca, no solo de nuestra Madre sino también de Jesús Eucaristía.
Nos dio la oportunidad para que todo aquel que estuviese postrado/paralizado (por problemas, peleas, heridas o miedos) se levantáse de su camilla con la ayuda del Maestro. La Hora Santa y el Santo Rosario fueron de los momentos más especiales que compartimos. Los más pequeños enseñándoles a sus padres a rezar el Rosario con alegría.
Durante la Hora Santa, los adultos se arrodillaron para adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Como en la comunidad no hay sagrario, colocamos un teléfono móvil con la imagen de Jesús expuesto en la custodia y eso bastó para que el Espíritu del Señor se manifestara en medio de nosotros, reconfortándonos y fortaleciéndonos.
Es así como concluyo diciendo, “Donde está el Hijo, está la Madre y donde está la madre, está el Hijo”. Y al Señor es a quién le rendimos honor, porque no nos dejó solos en ningún momento.
Juan Fuentes
JMV Guatemala
Fuente: https://jmvinter.org/
0 comentarios