La historia de Santa Juana Antida Thouret (también conocida como Jeanne Antide Thouret —en francés—, y Giovanna Antida Thouret —en italiano—), es una gran inspiración para nosotros como Vicencianos; en resumen: «no te des por vencido sólo porque las cosas parecen que van mal». Sé que el siguiente texto es bastante extenso, pero es asombroso leer todo lo que tuvo que pasar para vivir su vocación. Os animo a leerlo cuando tengáis unos minutos.
Los muchos desafíos a los que se enfrentó Santa Juana Antida Thouret en su viaje
Fue la quinta hija de una familia de ocho descendientes. Su madre murió cuando ella tenía sólo 15 años, dejándola con la responsabilidad de mantener el hogar.
A los 22 años dejó su casa y se unió a las Hijas de la Caridad; pero, cuando la Revolución Francesa estaba en su apogeo, todas las congregaciones religiosas fueron prohibidas y se vio obligada a salir de la Compañía.
Se dice que, durante la Revolución, caminaba por las calles de París llevando los ornamentos necesarios para celebrar secretamente la eucaristía, escondidos en una mochila.
Durante estos tiempos peligrosos, también enseñó a niños, ayudó a sacerdotes que fueron obligados a esconderse, y reunió a los cristianos en oración.
Huyó de Francia y escapó a Suiza para unirse a una comunidad religiosa itinerante diferente, que atendía a enfermos. Con ella viajó por Suiza y Alemania, en condiciones espantosas (dos años de vida ambulante).
A menudo se le impedía cuidar a los enfermos, y muchos morían por falta de atención básica. Así que decidió abandonar esta comunidad, porque no podía «aceptar la estupidez de esas personas que no quieren entender que el servicio a Dios y su amor son inseparables de los del vecino ….”
Cuando decidió volver a Francia lo hizo a pie, sola, sin pasaporte, y a través de lugares desconocidos, a riesgo de su propia vida.
Después de su regreso a Francia, abrió una escuela, un dispensario y un comedor para los pobres de Besançon. Ella había fundado una nueva congregación.
Pero cuando buscó la aprobación de sus Estatutos por el Ministro de Asuntos Religiosos, fue acusada de robar el nombre a las Hijas de la Caridad en París. Tuvo que defenderse a sí misma, escribiendo: “La Providencia hizo uso de mi persona para formar una sociedad de buenas mujeres jóvenes, de acuerdo a la Regla de San Vicente de Paúl. Nunca indicamos que estuviésemos tomando para nosotras el nombre de Hijas de la Caridad «.
En 1810, Juana Antida fue llamada a Nápoles, donde ella y un grupo de hermanas se enfrentaron al trabajo en un sistema social muy jerarquizado, en el que los ricos nunca se encontraban con los pobres. Estuvo a cargo del Hospital de los Incurables, el hospital más grande de la ciudad. Las hermanas visitaban a menudo a los pobres y enfermos en sus hogares.
Cuando el Papa Pío VII aprobó oficialmente a su Orden en 1819, hubo más problemas. El arzobispo de Besançon se negó a aceptar la decisión del Vaticano de colocar a las casas de la orden bajo la autoridad de su obispo local, en lugar de bajo su autoridad. Se negó a dejar entrar a Sor Juana en la casa madre en Besançon, o permitir que las hermanas francesas se comunicaran con los miembros de la orden en otros países. Esto le provocó a Juana un gran sufrimiento personal.
Hoy en día, una estatua de esta hija de San Vicente se encuentra en la basílica de San Pedro, junto con las de otros fundadores. Sus hermanas se extienden por todo el mundo, en veintisiete países diferentes.
En 1932, las hermanas llegaron a Estados Unidos para ayudar a los inmigrantes italianos en Milwaukee, donde aún opera la Escuela Secundaria “Santa Juana Antida”.
El 23 de mayo, día en que santa Juana fue beatificada, se celebra como el día de su fiesta; pero es conmemorado por algunos el 24 de agosto, día en que murió en 1826.
Presentación de la vida de santa Juana Antida
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Santa Juana Antida – Fechas destacadas
*de scsja.org
1765 – Juana Antida Thouret-nace en Francia
1787 – Se une a las Hijas de la Caridad
1794 – Vuelve a su país de origen a causa de la revolución
1795 – Exilio por Europa con las “solitaires” del Padre Receveur
1797 – Llega a Suiza, pero regresa a Francia a petición de los sacerdotes deportados de Besançon
1799 – Erige una escuela gratuita para niñas y un comedor para los pobres en Besançon
1802 – Prepara la Regla de Vida, y Juana y sus hermanas llegan a la cárcel Bellevaux en Francia
1807 – La Regla de Vida es aprobada por el arzobispo, y la comunidad oficialmente conocida como las Hermanas de la Caridad de Besançon
1810 – Llega a Nápoles para hacerse cargo de un hospital de incurables, de la atención a las personas en su hogar, y de la educación de niños pequeños
1819 – El Papa Pío VII aprueba las Constituciones, que da a la Comunidad el nombre oficial de Hijas de la Caridad bajo la protección de San Vicente de Paúl
1821 – Juana Antida regresa a Francia. Se dan muchos problemas entre ella y el arzobispo de Besançon
1823 – Juana Antida regresa a Nápoles
1826 – Juana Antida muere en Nápoles
1934 – Juana Antida proclamada santa por el Papa Pío XI
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