La Sociedad de San Vicente de Paúl fue creada en París, en 1833, por un pequeño grupo de universitarios católicos liderados por Federico Ozanam. Desde la pequeña Conferencia de caridad del inicio hasta hoy, la Sociedad se ha desarrollado por todo el mundo, cumpliendo así el deseo de su fundador de «abarcar el mundo entero en una red de caridad».

Nacimiento de la Sociedad de San Vicente de Paúl

A principios del siglo XIX, París es presa de la agitación social y política. La Revolución de Julio atesta un golpe fatal a la vieja monarquía. La religión está en declive, el ateismo gana terreno. Un gran número de campesinos dejaron el campo para buscar trabajo en las grandes ciudades. Cuando llegaban a ellas, la mayoría sólo encontraba desempleo, sueldos muy bajos o fábricas cerradas por los disturbios políticos.

En 1832, una epidemia de cólera se propaga en París, causando más de 1.200 muertos al día. En los barrios de chabolas que se formaban en la periferia de la capital, miles de personas viven sin recursos, algunos en la más completa indigencia. Federico Ozanam, entonces un joven estudiante, tenía que atravesar cada día los barrios periféricos más pobres para llegar a sus cursos en la universidad, y quedó profundamente afectado por la gran desesperación de esas familias diezmadas por la epidemia. Ozanam y algunos amigos —que participaban en las Conferencias de historia, reuniones de diálogo y debate— deciden reunirse entre cristianos, no para hablar, sino para actuar: crean una Conferencia de Caridad. Emmanuel Bailly apoya su proyecto, les proporciona como local el despacho de la redacción de su periódico, la Tribune Catholique, y acepta presidir la nueva agrupación.

La primera reunión tuvo lugar el 23 de abril de 1833, cerca de la iglesia de Saint Sulpice, con la presencia de: Emmanuel Bailly, Paul Lamache, Félix Clavé, Auguste le Taillandier, Jules Devaux, François Lallier y Federico Ozanam. Se establece ya el principio de una reunión semanal, con la visita a los pobres a domicilio como actividad fundamental. El grupo se pone bajo el patrocinio de san Vicente de Paúl y bajo la protección de la Virgen María. Se ponen en contacto con una Hija de la Caridad, sor Rosalía Rendu, que organizaba la distribución de las ayudas de la oficina de beneficencia del barrio de la calle Mouffetard (en el distrito XII de aquel tiempo).

La Sociedad de San Vicente de Paúl había nacido.

Una fuerte expansión

Federico Ozanam escribía el 24 de julio de 1834: «Quisiera que todos los jóvenes con cabeza y corazón se unieran en alguna obra de caridad y que se forme, por todo el país, una amplia y generosa asociación para aliviar a las clases populares». Su deseo no tardó en hacerse realidad: a finales del mismo año, el grupo cuenta con más de 100 miembros. Por tanto, hay que plantearse el dividir la conferencia. El 24 de enero de 1835 se crearon dos, Ozanam quedando como vicepresidente de la primera. Después siguieron las provincias: los estudiantes, que se regresan a sus lugares de origen después de sus estudios, fundan conferencias: Nimes, el 10 de febrero de 1835; Lyon, el 16 de agosto de 1836; más tarde Rennes, Nantes…

A partir de 1836 hubo que crear un «Consejo de Dirección» que más adelante tomó el nombre de Consejo General, denominación que se conserva desde entonces. Después de las provincias, el contagio atraviesa las fronteras: Roma en 1842; Bélgica, Escocia, Irlanda en 1843; Inglaterra en 1844, y en los siguientes años: Alemania, Países Bajos, Grecia, Turquía, Estados Unidos, México, Suiza, Canadá Austria, España… 27 años después de su fundación, la Sociedad contaba con 2.500 conferencias en el mundo y reunía a 50.000 miembros. Su presupuesto alcanzaba aproximadamente 4 millones de francos de aquella época.

Las mujeres en la Sociedad

Al principio, las mujeres estaban prácticamente ausentes en la universidad francesa y, por tanto, no participaron en la creación. Sin embargo, a pesar de la existencia de las «Damas de la Caridad», fundadas por el mismo san Vicente y santa Luisa de Marillac para las chicas jóvenes, hubo mujeres que deseaban entrar en la Sociedad, adhiriéndose a las reglas establecidas por los fundadores. Por esto, el 10 de enero de 1856, Celestina Scarabelli funda en Bolonia la rama femenina de la Sociedad de San Vicente de Paúl italiana. Las dos ramas se fusionaron el 20 de octubre de 1967, a raíz de una Asamblea internacional en París; unos meses más tarde tuvo lugar la fusión de la Sociedad con el «Movimiento Luisa de Marillac».

La SSVP hasta nuestros días

La Sociedad ha pasado por múltiples adversidades, una revolución, muchas guerras… De 1861 a 1870, la circular «Persigny» ordenaba la disolución de los Consejos, lo que implicaba que la Sociedad en Francia quedaba «aparcada». El conflicto mundial de 1939-1945 fue mortífero, haciendo desaparecer muchas conferencias. La SSVP ha estado expuesta a ideologías anticristianas que forzaron a los consocios en algunos países a interrumpir las reuniones, consideradas como subversivas, y a pasar a la clandestinidad.

Actualmente, la Sociedad continúa con su expansión, principalmente en los países en vías de desarrollo, que suponen ya los dos tercios de las conferencias. Esta nueva distribución hace de la SSVP un precursor en la reflexión y la acción a favor del desarrollo con los socios del Tercer Mundo. En la actualidad, 800.000 miembros por todo el mundo perpetúan el espíritu de san Vicente de Paúl y la obra del beato Federico Ozanam y sus amigos, al seguir ayudando a los más desprotegidos, manteniendo siempre vivo el mensaje de Cristo.

La SSVP está, hoy, presente en más de 150 territorios en todo el mundo, sirviendo en esperanza, tal y como reza el lema de su insignia.