Una imagen puede valer más que mil palabras… e incluso mil argumentos.
Muchos de nosotros conocemos clásica imagen conocida a veces como «Dama mayor/Dama Joven». Dos personas distintas pueden mirarla y ver a la una… o la otra.
En realidad, hay dos imágenes, una «Anciana Sabia» y una «Joven Bella» fundidas en una sola imagen.
En esta reflexión, explora conmigo lo que esta imagen puede enseñarnos sobre la profunda polarización de nuestra sociedad y, especialmente, de nuestras comunidades religiosas.
Depende de por dónde empiece
Si me centro en la pequeña línea curva del centro de la imagen, a la izquierda, y en la pluma que sale del pelo oscuro, arriba a la izquierda, surge instantáneamente la «Joven».
Para ver a la «Anciana», intente enfocar los dos puntos negros del centro de la imagen, como si fueran los ojos de la «Anciana», con una nariz prominente, que mira hacia abajo.
Si tienes dificultades para ver ambas imágenes, aquí tienes una pista. Parpadea y luego enfoca la punta de la nariz de la «Anciana» para ver la parte inferior de la barbilla de la «Joven».
Ambas son reales. Ambas están presentes. Depende de dónde enfoques primero. Hay que volver a mirar para ver la otra imagen.
Diferentes mentalidades o puntos de partida
Podemos considerar las mentalidades como patrones de cómo las personas dan sentido a su mundo.
Cada uno tenemos nuestras posturas predeterminadas ante la vida. Algunas personas tienden a ser optimistas, mientras que otras son pesimistas. A algunos les gustan las instrucciones claras, mientras que a otros no.
Hoy vemos luchas entre los que ven los valores en aquello con lo que crecieron y los que ven los defectos de las generaciones anteriores. Ambos están convencidos de que tienen toda la verdad.
La polarización no es nueva.
Jesús y sus seguidores expusieron formas de pensar radicalmente nuevas tanto para las personas judías como para las no judías.
Para una persona judía, Jesús diciendo «ama a tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo» tendría sentido. Pero entonces Jesús dijo , «este es mi mandamiento… ¡lavaos los pies los unos a los otros!». ¿No era eso algo que hacían los sirvientes?
«¡Siempre lo hemos hecho así!» Este Jesús también les estaba diciendo que olvidaran la vieja manera y celebraran una nueva Pascua en memoria de él. Piensa en eso. ¡Era como si un pastor les dijera a los cristianos que la Navidad no se trata del nacimiento de Jesús sino de celebrar la memoria del pastor! ¡Menuda falta de respeto a Moisés!
Por otro lado, los gentiles piadosos (ellos tenían muchas deidades en las que creían) fueron cuestionados por las creencias judías de los primeros seguidores de Jesús. Ellos escuchaban que las estrictas reglas dietéticas judías y otras cosas eran esenciales para el discipulado.
El choque de estas mentalidades presentaba una fórmula para la polarización. Los Hechos de los Apóstoles ofrecen una ventana para estos choques.
Aprender del pasado
El panorama general de los Hechos de los Apóstoles es ese choque de mentalidades. Tendemos a pensar que todo se resolvió rápidamente. Nada más lejos de la realidad. Fueron necesarios más de dos siglos de lucha para resolverlo.
El Papa Juan XXIII puso en marcha un proceso similar al que vemos en los Hechos de los Apóstoles, el Concilio Vaticano II.
En muchos sentidos, los relatos de los Hechos de los Apóstoles ofrecen claves para entender el último siglo de nuestra propia historia de lucha por la renovación de la Iglesia, desde el Vaticano II hasta el papa Francisco.
¿Cuáles son los valores tradicionales a los que hay que aferrarse y cuáles hay que repensar?
Choque contemporáneo de mentalidades
- ¿Cuál es mi modo de pensar principal respecto al cambio?
- ¿Hay demasiado cambio, o muy poco?
- ¿Qué valores necesito apreciar más: el cambio o la estabilidad?
Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk
La Fe posee contenidos esenciales, inmutables, que se amplían y profundizan en su significación y aplicación existencial, conforme a la dinámica de la Historia y al discernimiento prudencial de los signos de los tiempos, fundamentándose en los Evangelios, la inspiración del Espíritu Santo y las enseñanzas de la Iglesia.