Conoce a Misha y Anna
En nuestro centro infantil de Kharkiv, todo el mundo conoce a Misha, de 5 años. «No me asustan las bombas —nos dice Misha—. No me asustan en absoluto». Su madre cuenta una historia diferente. Misha solía esconderse debajo de la mesa al oír las frecuentes alarmas antiaéreas. Una vez que su casa fue alcanzada, fue un milagro que salieran ilesos. La casa sufrió daños y el tejado se quemó. «Pero la reconstruiremos —dice Anna—. Lo principal es que todos en mi familia están vivos y bien».
El padre de Misha está en el frente, en un pueblo donde la lucha es más encarnizada. Sólo ve a su hijo uno o dos días al mes.
Anna dice que las explosiones no asustan tanto a su hijo como el miedo a perder a su padre. «Me pregunta constantemente: ¿Le matarán? ¿Morirá?».
«Cuando llamaron a mi marido a filas, Misha se escondió debajo de la mesa y dijo que no hablaría más con nadie excepto con su padre». Sin embargo, cuando empezó a visitar el centro infantil, los psicólogos de Depaul supieron encontrar el enfoque adecuado para él. Misha se volvió más abierto, se comunicaba con otros niños, jugaba, hacía deporte y estudiaba, lo que le ayudó a aliviar su ansiedad y su tristeza».
Anna cuenta lo difícil que es la vida para los niños:
«Es una época en la que tienen que crecer muy deprisa. Tienen que entender cosas que un niño no debería estar obligado a entender».
Pero también ha notado la diferencia que han supuesto los centros infantiles de Depaul. «Los niños se escondían en sótanos durante mucho tiempo. La educación escolar es en línea. Los niños no se comunican con sus compañeros. Depaul ha creado un espacio seguro donde aprenden y juegan. Ahora son felices y se apoyan mutuamente. Aquí, en el centro, se les da la oportunidad de desarrollarse, comunicarse y socializar. Es necesario abrir más centros así, la necesidad es enorme».
Por favor, considera la posibilidad de hacer un donativo para nuestro llamamiento de Ucrania en ayuda a niños como Misha.
Fuente: https://int.depaulcharity.org/
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