En cierto sentido, nunca he superado la etapa del «por qué» de la infancia.
Los padres se dan cuenta de que todo esto forma parte del intento de los niños por comprender su mundo. Se sienten alternativamente divertidos, frustrados y perplejos cuando oyen a su hijo preguntar «por qué».
A veces también hablamos de una especie de regresión a una segunda infancia a medida que envejecemos. Estas reflexiones que periódicamente comparto pueden ser mi revivir la etapa «por qué» de la vida.
Preparando esta reflexión me pregunté sobre las muchas apariciones de María.
Mis interrogantes comienzan por: ¿cuántas lenguas habla María?
Algunos datos
Empecé observando cuántas apariciones se produjeron a niños o a personas sin escolarizar.
- 1531, Guadalupe, México: En México, María se apareció cuatro veces a un joven recién convertido al cristianismo, Juan Diego.
- 1830, París, Francia: En la capilla de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, María se mostró tres veces a la novicia Catalina Laboure (24 años).
- 1846, La Salette, Francia: María visita a Maximin Giraud (11 años) y Melanie Calvat (14 años) mientras cuidan ovejas.
- 1858, Lourdes (Francia): la Virgen se muestra dieciocho veces a Bernadette Soubirous (14 años).
- 1917, Fátima, Portugal: Lucía de Santos (10 años) y sus dos primos, Francisco (9 años) y Jacinta Marto (7 años), informaron de seis apariciones de María.
Algunas preguntas
Me pregunté… ¡por qué! En nuestro mundo jerárquicamente estructurado, la mayoría esperaría que María se apareciera a los poderosos y educados. ¿Por qué eligió a gente tan joven?
Una respuesta provisional podría ser porque
«Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte» (1 Corintios 1,27)
También observé que en estas apariciones, María no sólo hablaba en la lengua nativa del país, sino a menudo en un dialecto local.
Una vez más, me pregunté por qué. Entonces recordé:
«Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas» (ver Hebreos 1,1-3)
Algunas implicaciones para la evangelización hoy
En el último siglo, los papas han insistido cada vez más en la necesidad de respetar y honrar cada cultura.
Entonces recordé algo que aprendí al principio de mi formación como miembro de una congregación con el compromiso y la misión especiales de llevar y ser «Buena Noticia» a los marginados, ya sea física o espiritualmente.
Me enseñaron que primero debemos aprender el idioma… y también… la cultura de un pueblo al que hemos sido enviados.
Mucho ha cambiado en el último medio siglo. Los roles se han invertido en muchos sentidos. Antes enviábamos misioneros a África, etc. Ahora envían misioneros a países con cada vez menos sacerdotes y religiosos.
Vemos cómo estos misioneros se esfuerzan por comprender nuestra lengua y nuestras costumbres.
Pero me temo que nos hemos perdido algo muy importante, que trasciende cualquier cultura nacional específica. Ahora vivimos en un mundo digital… y en una cultura digital. Esta cultura y forma de pensar digitales son más profundas y universales que la lengua de cualquier país actual.
Estamos al nivel de tantos que lograron aprender una segunda lengua como mis propios padres. Pero, a ellos les vi esforzarse para absorber una cultura en la que yo había nacido.
Hoy la Covid nos ha obligado a utilizar el correo electrónico y el zoom. Pero seguimos pensando como inmigrantes en una cultura digital.
Estamos desconcertados ante una cultura muy diferente de una cultura arraigada en los medios impresos.
María es hoy modelo de llegar a una cultura diferente de aquella en la partió para anunciar la buena nueva a Isabel.
Una última pregunta…
Como misioneros ¿cómo debemos adaptarnos en una cultura digital?
Publicado originalmente en Vincentian Mindwalk
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