El beato Federico Ozanam y la Eucaristía

por | Mar 6, 2023 | Formación, Reflexiones | 0 comentarios

Unidos los unos a los otros

Federico recordaba su Primera Comunión como uno de los días más significativos de su vida:

«Hice mi primera comunión [el 11 de mayo de 1826]. Día de felicidad, ¡que se seque mi mano y mi lengua se pegue al paladar si lo olvido alguna vez! […] Era modesto, dulce, dócil y, por desgracia, me hice también un poco escrupuloso»1.

Para Federico, recibir la Comunión le unía más a sus amigos:

«En esas grandes fiestas me he unido a usted al menos ante el altar santo. Sí, creo firmemente, cuando comulgo, que estoy en comunión estrecha con mis amigos cristianos unidos al mismo Salvador. ¿Por qué tengo que separarme de inmediato de esa santa compañía para volver a caer en mis desánimos? ¿Cuándo veremos el lugar en el que no habrá despedidas, en el que no se sentirán desalientos, en el que no habrá ya divisiones entre los cristianos, ni injusticias públicas, ni envilecimiento en las grandes naciones?»2

La Eucaristía le unía a los seres queridos que ya habían partido, especialmente a su madre:

«Cuando tengo la dicha de comulgar, cuando nuestro Salvador viene a visitarme, me parece que ella le acompaña a mi pobre corazón, como tantas veces le acompañó en el Santo Viático, a las habitaciones de los pobres. Entonces creo firmemente en la presencia real de mi madre a mi lado»3

Y según su biógrafo, monseñor Baunard, la Eucaristía también le unió a los pobres:

Al salir de Notre-Dame y todavía lleno de la presencia de Jesucristo, el piadoso comulgante no dejó, antes de volver a casa, de visitar los hogares de las familias pobres de la conferencia. Devolvía así a Nuestro Señor, en la persona de sus pobres sufrientes, la visita que acababa de recibir de Él en la Sagrada Eucaristía.4

Reflexiona

¿La Eucaristía afianza y renueva mi compromiso y deseo de encontrar a Cristo en la visita domiciliaria?

1 Carta a Auguste Materne, de 5 de junio de 1830.

2 Carta al abate Henri Maret, de 3 de noviembre de 1852.

3 Monseñor Baunard , «Ozanam en su correspondencia», 1925, p. 381

4 Monseñor Baunard , «Ozanam en su correspondencia», 1925, p. 209

Fuente: https://members.ssvpusa.org/formation/formation-resources/vincentian-reflections/

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