Nunca más separados de Él
En 1632, Santa Luisa explicaba la Eucaristía como instrumento de conformidad con la Divina Voluntad:
La Sagrada Comunión del Cuerpo de Jesucristo nos hace participar realmente en el gozo de la Comunión de los Santos del Cielo, que la Encarnación y Muerte del Hijo de Dios nos han merecido; habiendo sido tan completa la reconciliación de la naturaleza humana alcanzada por tal medio, que el Amor de Dios no ha podido ya separarse de ella. Y así como en el Cielo Dios se ve en el hombre por la unión hipostática del Verbo hecho Hombre, así ha querido estar en la tierra para que los hombres no estén separados de Él.
Pensamientos de Santa Luisa de Marillac, p. 688.
No podemos separarnos nunca más de Él. Él nos mantiene cerca. El Verbo vivo se nos hace presente, nos llama, nos invita a la unión con el Padre a través del sacrificio del Hijo.
Reflexiona
Cuando comulgo, ¿siento en mi interior que formo parte de la Comunión de los Santos, unido al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo?
Reza con Luisa
Santa Luisa escribió esta «Oración antes de la Sagrada Comunión». Rezadla juntos y llevadla con vosotros para orarla en silencio durante la Eucaristía:
Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, ven a purificar y embellecer mi alma para que sea agradable a mi Salvador y que yo pueda recibirle para gloria suya y mi salvación. Con todo mi corazón te deseo ¡oh Pan de los Angeles!, no mires mi indignidad que me aleja de ti, sino tu Amor que tantas veces me ha invitado a acercarme. Te ruego que te des todo a mí, ¡Oh Dios mío! y que tu preciosísimo Cuerpo, tu Alma santa y tu gloriosa Divinidad a quien adoro en este Santísimo Sacramento, tomen entera posesión de mi misma.
¡Oh dulce Jesús, oh buen Jesús, mi Dios y mi Todo! Ten piedad de todas las almas rescatadas con tu preciosísima Sangre, hiérelas fuertemente con un dardo de tu Amor para tornarlas agradecidas al Amor que te ha hecho darte a nosotros en este Santísimo Sacramento, por el cual te ofrezco la gloria que tienes desde toda la eternidad en ti mismo, todas las gracias de que has colmado a la Santísima Virgen y a los Santos y la gloria que ellos te tributarán eternamente por ese mismo Amor.
Pensamientos de Santa Luisa de Marillac, p. 827.
Fuente: https://members.ssvpusa.org/formation/formation-resources/vincentian-reflections/
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